Podemos acepta un único grupo y zanja un conflicto con el PSOE
FRANCESCO MANETTO / FERNANDO GAREA / El País
El partido que lidera Iglesias hace concesiones a sus socios en Cataluña, Galicia y una parte del de Valencia; cuatro de nueve diputados de Compromís se apartan
Podemos y las candidaturas con las que se presentó en Valencia, Galicia y Cataluña aceptaron este martes formar un solo grupo parlamentario y renunciaron a su propuesta de tener cuatro diferentes. Ni lo intentan. De esa forma, además de ceder poder interno a las alianzas, se ha zanjado el asunto que más ha separado en las últimas semanas al partido de Pablo Iglesias y al PSOE y que tanto ha enconado las relaciones entre ambos. Para eso fueron necesarios gestos respectivos de distensión. Solo se descolgaron a pocos minutos de cerrarse el registro del Congreso cuatro diputados de Compromís. El Grupo Parlamentario de Podemos tendrá 65 diputados.
Podemos y las alianzas territoriales con las que concurrió a las elecciones en Cataluña, Valencia y en Galicia renunciaron a pedir grupos propios como exigieron públicamente hasta este martes. De esa posición se descolgaron en el último momento cuatro diputados de Compromís que piden crear un grupo propio, pero lo más probable es que la Mesa les asigne al Grupo Mixto.
El movimiento del partido de Pablo Iglesias supone zanjar el asunto que más le ha separado en las últimas semanas del PSOE, justo cuando Pedro Sánchez trata de buscar un acuerdo de Gobierno alternativo al PP.
Hubo gestos previos como que el lunes por la noche el PSOE flexibilizara su posición y planteara a las llamadas confluencias una salida, aunque finalmente no fuera aceptada. Los socialistas, además, apoyan a Podemos para que pueda tener dos grupos en el Senado: uno para el partido de Pablo Iglesias y otro para las confluencias. Esta última petición será rechazada y frenada por el PP en La Mesa del Senado por entender que es contraria al reglamento. Pero fue una señal de distensión.
El portavoz socialista, Antonio Hernando, mostró este martes su satisfacción y aseguró a este periódico: “Ya era hora de que dejáramos de hablar de cómo nos organizamos y hablemos ya por fin de lo que vamos a hacer en el Congreso para resolver los problemas de los ciudadanos. Es hora de poner en marcha el Congreso”.
Mano tendida
Íñigo Errejón, número dos de Podemos, explicó que han renunciado a agotar todos los mecanismos legales. “No significa que no sigamos tendiendo la mano. Somos escépticos y si [Pedro Sánchez] quiere ser presidente de España lo primero que debe hacer es explicar para qué y puede que encuentre unos apoyos u otros”, añadió antes de pedir al líder socialista que se siente hablar con propuestas. Quedan escollos difíciles de salvar entre PSOE y Podemos como la solicitud de celebrar consultas de autodeterminación en Cataluña que los socialistas rechazan.
Podemos evita pasar por el trámite del rechazo anunciado de La Mesa y la posterior reconsideración, lo que allana el diálogo con el partido de Sánchez y representa, según justifican, un gesto de responsabilidad institucional. La Mesa de la Cámara baja, que se reúne este miércoles, hubiera echado por tierra esa exigencia, ya que ni el PP ni Ciudadanos estaban dispuestos a ceder lo más mínimo.
Precisamente el socialista Hernando ofreció in extremis, el lunes por la noche, a las candidaturas próximas a Podemos una fórmula para que pudieran constituir al menos un grupo diferenciado en la Cámara. Sin embargo, los representantes de esas listas rechazaron la propuesta. La fórmula consistía en permitir un grupo sobre la base de los dos diputados de IU, autorizando que se sumen las confluencias. De esa forma, Podemos y las candidaturas afines hubieran tenido dos grupos diferentes. Pero Podemos prefería reunir a todos sus diputados en uno. Ya la semana pasada el propio Iglesias apuntó, sin concretarla, a esa hipótesis confederal, y aludió a la posibilidad de crear una coalición parlamentaria al estilo de lo que en la pasada legislatura fue La Izquierda Plural, donde convivieron IU, EUiA, ICV y la Chunta Aragonesista.
El último gesto de distensión fue la disposición del PSOE a que Podemos y sus aliados tuvieran dos grupos diferenciados en el Senado “en coherencia al carácter territorial del Senado y si el reglamento lo permite”, como explicó este martes el portavoz socialista en la Cámara alta, Óscar López. Horas después, Podemos se avenía al grupo único del Congreso.
REGLAMENTOS DISTINTOS EN LAS DOS CÁMARAS
Los reglamentos del Congreso y del Senado difieren en la regulación de los grupos parlamentarios. La demostración práctica es que en el Congreso se impide que, por ejemplo, el PSC tenga grupo propio (sus diputados forman parte del grupo del PSOE), mientras que en el Senado ha sido posible que tenga grupo con ICV.
El reglamento del Congreso dice que “en ningún caso” pueden crear grupo los diputados “que, al tiempo de las elecciones, pertenecieran a formaciones políticas que no se hayan enfrentado ante el electorado”. El del Senado señala que “los senadores que hayan concurrido a las elecciones formando parte de un mismo partido, federación, coalición o agrupación no podrán formar más de un grupo”. Entienden Podemos y el PSOE que las tres candidaturas de confluencia son distintas de Podemos, es decir, una situación similar a la del PSOE y el PSC. En el Senado no existe la cláusula con la prohibición expresa para los que no se hayan enfrentado entre sí. El Senado permite, además, crear grupos territoriales dentro de los grupos parlamentarios.