«Venezuela ha estado subordinada al régimen cubano desde que Chávez llegó al poder».
Pedro Carmona Estanga, expresidente de Fedecámaras y exiliado en Colombia desde hace 13 años, cree que uno de los problemas más grandes que enfrenta Venezuela es “la siembra de fracturas, odios y luchas de clases donde no existían”.
En una entrevista para el Nuevo Herald, volvió a hablar de los recordados sucesos del 11 de abril de 2002. “Fue una oportunidad perdida”, expresó.
Estanga asumió como presidente de facto de Venezuela durante 48 horas, pero recalcó que tras este episodio, el “objetivo único” era llamar a unas “elecciones limpias” bajo supervisión internacional de organismos como la OEA. También ir a una “relegitimación de los poderes públicos” y restablecer completamente el orden constitucional.
“Con un gobierno de orientación democrática en Venezuela, el rumbo del país habría sido otro, y Venezuela estaría a la vanguardia de América Latina, y no en la triste situación en la cual se encuentra”, expuso.
Sin embargo, aseguró que hubo “omisiones o percepciones que determinaron el retorno de Chávez al poder”, además de que “Fidel Castro intervino personalmente para salvar al régimen”.
Venezuela ha estado subordinada al régimen cubano desde que Chávez llegó al poder (…). Ello le ha permitido al régimen de los Castro apoderarse estratégicamente del país
Pese a todo esto, Estanga desea regresar a Venezuela, pero “cuando esté liberado de la opresión”. “Deseo morir en mi tierra, a la que me unen mucho amor y siglos de ancestros”, dijo.
ASÍ VE EL 6-D
“Es un hecho que han modificado los circuitos electorales para minimizar el poder electoral de los Estados más poblados, en beneficio de los menos poblados que son controlados por el oficialismo. Y, de otra parte, es un hecho visible el uso ventajista de los recursos y la maquinaria del Estado en favor del partido de gobierno, además de un árbitro (CNE) que es militante del partido de gobierno, máquinas dudosas, auditorías manipuladas, un Registro Electoral Permanente o padrón electoral al cual no tiene acceso la oposición, es decir una caja negra, y la negativa de que haya observación internacional independiente”, indicó.
“Todo ello no ofrece garantía alguna de transparencia electoral. Con todo, si la oposición y los descontentos salen masivamente a votar, será difícil que el fraude pueda impedir la obtención de al menos una mayoría simple en la Asamblea Nacional, pero jamás permitirán que obtenga una mayoría calificada” , remató.