El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su partido sufrieron un duro revés en las elecciones locales del domingo, al perder la capital, Ankara, y con el riesgo de una derrota en Estambul, pulmón económico del país, según los resultados parciales.
Estos comicios, en los que los turcos eligieron a sus alcaldes, concejales municipales y jefes de barrio («muhtar») representaron un test para Erdogan. El presidente se dejó la piel en la campaña para evitar un voto de sanción contra su partido, el AKP, en un momento en que el país atraviesa una tormenta económica, con altas tasas de inflación y desempleo.
Según la agencia de prensa estatal Anadolu, el candidato común de los partidos de oposición CHP (socialdemócrata) e Iyi (derecha), Mansur Yavas, resultó vencedor en Ankara con un 50,9% de los votos, frente al 47% del candidato del AKP, Mehmet Özhaseki, con 99% de los votos escrutados.
En un discurso ante sus partidarios en la capital, Yavas proclamó su victoria sin esperar que acabara el recuento, saludando una «victoria de la democracia».
Esta derrota en la capital política del país representa un revés inédito para Erdogan, quien ganó todas las elecciones desde la llegada al poder del AKP, en 2002.
Al igual que Estambul, Ankara llevaba 25 años controlada por el partido de Erdogan y las formaciones islamistas que lo precedieron.
En Estambul, corazón económico y demográfico del país, tanto el candidato de Erdogan, el ex primer ministro Binali Yildirim, como su rival Ekrem Imamoglu reivindicaron su victoria.
Los últimos resultados parciales publicados por Anadolu, que dejó de actualizarlos súbitamente la noche del domingo, daban una corta ventaja de 4.000 votos a Yildirim, con 98% de las urnas escrutadas.
Muestra de que Erdogan no dejará que se le escapen las dos principales ciudades del país, el AKP anunció la madrugada del lunes que presentará un recurso para reexaminar la validez de miles de votos considerados nulos.
– «Defectos» –
«Vamos a agotar los recursos jurídicos a nuestra disposición, no dejaremos que la voluntad de los habitantes de Ankara sea distorsionada», declaró el secretario general del AKP, Fatih Sahin.
Según Anadolu, en Estambul se consideraron nulos 290.000 votos, y en Ankara, 90.000.
La oposición, que teme que haya fraudes, pidió a los observadores «no dormir las próximas 48 horas» para vigilar las oficinas de recuento de votos.
La noche del domingo, Erdogan intentó ver el lado bueno de los resultados y señaló desde la sede de su partido en Ankara que, con más de 51% de los votos, la coalición formada por el AKP y los ultranacionalsitas del MHP quedó a la cabeza a escala nacional.
Pero a la vista de que su coalición perdió grandes ciudades como Antalya y Adana (sur), además de Ankara, el jefe de Estado reconoció que deberá «corregir los defectos».
La pérdida de Ankara «asesta un duro golpe a Erdogan y a su sistema hiperpresidencial», consideró Berk Esen, profesor asociado de la Universidad Bilkent de Ankara.
«Erdogan asumió un riesgo al convertir estos comicios en una elección nacional y al hacer campaña por candidatos impopulares del AKP en ciudades importantes. Esta derrota será vista como la suya propia», añadió.
Durante la campaña electoral, Erdogan, de 65 años, no escatimó esfuerzos para tratar de convencer al electorado de votar por su partido, celebrando 102 reuniones en 50 días.
– «Supervivencia de la nación» –
El presidente había afirmado que en estos comicios estaba en juego la «supervivencia de la nación», pero para muchos electores la principal preocupación era la economía, con un 20% de inflación en el país.