La pandemia de COVID-19 en Sudáfrica, convertida ya en el quinto país del mundo con más casos activos, sigue en rápido aumento y sobrepasa ya las 3.300 muertes y los 200.000 contagios debido a la expansión explosiva del virus en la zona de Pretoria y Johannesburgo en las últimas dos semanas.
De acuerdo a los últimos datos revelados por el Ministerio de Salud sudafricano, el país austral registra ya 205.721 contagios y 3.310 fallecimientos, mientras que 97.848 personas se han recuperado de la enfermedad.
Con esas cifras, Sudáfrica se mantiene, con mucha diferencia, como el país más golpeado por la COVID-19 en toda África, ya que acumula alrededor del 40 % de los casos del continente.
De hecho, la escalada de casos registrada durante el mes de junio ha puesto ya a Sudáfrica como la quinta nación con más casos activos del mundo (algo más de 100.000) y la cuarta en la lista de países con más nuevos contagios diarios (entre 8.000 y 10.000 por jornada).
En el lado positivo, la letalidad del coronavirus se mantiene baja (1,6 %) y el porcentaje de hospitalizaciones necesarias está por debajo de lo que el propio Ministerio de Salud sudafricano había previsto originalmente, si bien los hospitales comienzan a llenarse.
«Aunque la tasa de letalidad de la COVID-19 es baja en Sudáfrica comparada con el resto del mundo, el creciente número de infecciones es una advertencia contra la complacencia», advirtió este lunes el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, en un mensaje a la nación en forma de carta.
El epicentro se mueve hacia Johannesburgo y Pretoria
Desde que Sudáfrica confirmara el primer paciente en su territorio a comienzos de marzo, el grueso de los contagios se dio en la provincia del Cabo Occidental, donde se encuentra Ciudad del Cabo.
Esa región era el gran foco de casos del continente africano y llegó a acumular durante semanas hasta dos tercios del total de los contagios nacionales.
Sin embargo, debido a las consecuencias inevitables de la reapertura de la economía sudafricana (desde el 1 de junio) y a la estabilización progresiva de la epidemia en el Cabo Occidental (que se estima que está actualmente tocando sus máximos epidémicos), el foco de preocupación se trasladó a la provincia de Gauteng, donde se encuentran Pretoria y Johannesburgo
Gauteng no es solo el corazón económico y político del país, sino que además es la provincia sudafricana más densamente poblada.
Por número total de casos, el Cabo Occidental continúa por poco a la cabeza, con 70.938 casos frente a los 66.891 de Gauteng.
Pero, como el avance de la epidemia en esta última provincia ha sido explosivo y se ha concentrado sobre todo en las últimas semanas, Gauteng cuenta actualmente con casi el triple de casos activos (46.689) que el Cabo Occidental (18.566).
La necesidad o no de lidiar con muchos casos a la vez es un factor primordial en el combate de la epidemia, ya que define el riesgo de que los sistemas de salud se vean sobrepasados.
«Proteger las vidas y los medios de vida»
De hecho, la rápida propagación del coronavirus en Gauteng está poniendo a debate la necesidad de volver a imponer un «confinamiento duro» para esta región, como el que ya se vivió en todo el territorio entre finales de marzo y el comienzo de junio.
Sin embargo, volver a paralizar el corazón económico del país tendría graves consecuencias para Sudáfrica, que ya estima que este año sufrirá su peor crisis en casi un siglo, con una contracción del producto interior bruto (PIB) del 7,2 % y niveles de déficit presupuestario, deuda y desempleo disparados.
«No lo estamos considerando ahora. Estamos usando el resto de herramientas (…). Lo que tratamos de hacer es proteger las vidas de nuestra gente pero también sus medios de vida. Y es un balance delicado», dijo este fin de semana Ramaphosa a los medios respecto a las especulaciones sobre una posible vuelta al confinamiento. EFE