La reapertura de algunos comercios o lugares públicos en Austria e Italia y la tímida vuelta al trabajo de ciertas industrias en España, después de semanas de confinamiento, inyectan esperanza en un planeta paralizado por la pandemia y temeroso de la futura recesión.
Con más de 120.000 muertos en el mundo desde que surgió en diciembre en China, la pandemia de la COVID-19, que se ceba en estos días con Estados Unidos, parece que empieza a remitir en Europa, donde los países ya planean cómo salir poco a poco del confinamiento para alivio de sus ciudadanos.
«Me alegra poder comprar de nuevo flores», confiesa bajo un sol primaveral Anita Kakac, una jubilada de 75 años en Viena. En la capital austríaca, las huellas de la pandemia siguen presentes con muchos clientes haciendo cola fuera de las tiendas, a distancia entre ellos y con mascarillas.
Fatih Altun, al frente de un comercio de reparación de celulares en el barrio popular de Favoriten, dice tener «miedo del virus», pero se ve obligado a reabrir tras un mes sin ingresos. «Perdí entre 5.000 y 6.000 euros y tuve que despedir a mi único trabajador», apunta.
Papelerías, librerías y tiendas de productos infantiles pudieron reabrir este martes en la vecina Italia, el país más golpeado en Europa con más de 20.000 muertos, aunque no todas las regiones decidieron aplicar la medida, por precaución.
Pese a que el confinamiento se mantiene hasta el 3 de mayo, Italia también autorizó el reinicio de las actividades forestales y agrícolas, entre otras, siguiendo los pasos de España, donde el lunes se reactivó parte de la construcción y actividades industriales.
En España, que este martes superó los 18.000 decesos, las autoridades sanitarias consideran que el pico de la epidemia quedó atrás. No obstante, el férreo confinamiento seguirá vigente al menos hasta el 25 de abril.
El 11 de mayo es, por su parte, la nueva fecha inscrita en rojo en el calendario de los confinados ciudadanos de Francia, donde los siniestros balances de víctimas (casi 15.000 fallecidos en total) comienzan a mostrar una desaceleración.
Ese día será el «inicio de una nueva etapa», en palabras del presidente francés, Emmanuel Macron, quien la víspera mencionó además la reapertura progresiva de las escuelas a partir de ese momento.
– «El Gran Confinamiento» –
Ante el inicio del levantamiento progresivo de las medidas, debido a la presión de relanzar la maquinaria económica, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió no bajar la guardia hasta lograrse una «vacuna segura y eficaz» con el fin de evitar nuevos brotes.
«Las medidas deben ser retiradas lentamente y con control», aseguró su director Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien urgió a hallar un «equilibrio» entre protección de la población y reactivación económica.
El mundo se prepara para una recesión peor que la originada con el ‘Crac del 29’. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una contracción económica global en 2020 de un 3% y un «grave riesgo» de empeorar.
El «Gran Confinamiento», que afectará sobre todo a los países en desarrollo, hará caer un 7,5% el PIB de la Eurozona y un 5,9% el de Estados Unidos. Solo China e India se salvarán de la recesión este año, al crecer un 1,2% y un 1,9%, respectivamente.
En Estados Unidos, el país más castigado por el virus con más de 23.000 fallecidos, su presidente, Donald Trump, ya dijo el lunes que estaba decidido a reactivar la economía lo antes posible, y estimó que el país ya estaba dejando atrás el momento más duro.
La contracción del PIB será aguda también en América Latina y el Caribe (-5,2%), con golpes para México (-6,6%) y Brasil (-5,3%) y una profundización de la recesión en Argentina (-5,7%).
– «A quién tenerle más miedo» –
La vuelta al trabajo, como ya hizo China tras poner fin al confinamiento, parece lejos en otras partes del mundo, como en India, donde sus 1.300 millones de habitantes seguirán en sus casas hasta al menos el 3 de mayo.
En Rusia, el presidente Vladimir Putin, que abogó por un plan «extraordinario» para enfrentar la pandemia, reconoció que la situación «no va en la mejor dirección», apuntando a una «escasez» de equipos de protección para el personal médico.
En América Latina, que se mantuvo alejada del virus durante semanas, la pandemia ha dejado ya unos 3.000 muertos y más de 69.000 contagios, sobre todo en Brasil (1.328 muertos y 23.430 casos), Ecuador (355 y 7.529) y México (332 y 5.014).
Y las consecuencias van más allá de la atención sanitaria.
En México, el personal sanitario se enfrenta al rechazo de la población que los ve como fuente de contagio. «No sé a quién tenerle más miedo: a la COVID o a las personas que nos pueden empezar a agredir», asegura Ariadna, una enfermera de 27 años.
En todo el mundo, la pandemia golpea especialmente a los más pobres.
En Nigeria, nombre de una barriada pobre de la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, el lugar más afectado por el coronavirus en el país, Washington Angulo, un líder comunitario, lamentaba la pobreza multiplicada por la pandemia.
«Las autoridades dicen a las familias: quédense adentro de la casa, pero no ven más allá. La necesidad la teníamos antes de esto y ahorita es peor», explica.
Un mayor número de voces se alza por su parte en Cuba, donde hay más de 700 casos confirmados de coronavirus, para pedir el final del bloqueo estadounidense impuesto en 1962, al complicar la compra de material médico.
«El bloqueo es aún más cruel y genocida de lo que normalmente es (…) cuando no estamos con una epidemia», denunció Néstor Marimón, director de relaciones internacionales del Ministerio de Salud. AFP