Una joven madre está bajo arresto por presuntamente torturar a su hijo de apenas siete meses arrojándole agua encima mientras el bebé estaba acostado en una cama, luego le ató al cuello un objeto parecido a una bufanda o cinturón y lo alzó, según News 4 Jax.
Mientras eso sucedía el padre del bebé grababa un video con su teléfono celular sin prestar ningún un tipo de ayuda a su hijo que en las imágenes se podía ver que se atragantaba con el agua y tosía y tenía los ojos llorosos debido al objeto apretando su cuello, según el reporte de la Policía citado por News 4 Jax.
Las autoridades detuvieron el domingo a Latoya Harrell, de 23 años, y a su esposo, Jonathan Harrell, un suboficial de 24 años, quienes residían en la basa naval de Kings Bay, en Georgia. Ambos están acusados de crueldad infantil en primer grado.
El bebé y otros dos niños que estaban en el casa fueron entregados a la División de Servicios para Familias y Niños.
El supuesto abuso salió a la luz cuando agentes fueron a la casa de los Harrell por un reporte de un incidente doméstico. Jonathan dijo a los policías que había tenido una discusión con su esposa pero no hubo violencia física.
Durante la conversación con el militar los agentes del Departamento de la Policía del Condado Camden descubrieron que tenía el video de su esposa torturando al niño, lo cual “parece haber sido hecho por la sra. Harrell en un intento de provocar al sr. Harrell”, indica el informe policial citado.
En el video se ve cómo el bebé se atraganta con el agua y tose, pero Jonathan Harrel en vez de ayudarlo sigue grabando el incidente con la cámara de su teléfono. Tampoco auxilió al niño cuando tenía el objeto en su cuello, según los reportes.
Jonathan Harrell dijo a los agentes que su esposa tiene problemas de salud mental y que no está tomando sus medicamentos, pero admitió que no era una buena razón para no denunciar lo sucedido.
La familia había sido investigada por las autoridades antes de este incidente.
Los policías dijeron que cuando entraron a la casa encontraron grandes agujeros en las paredes, puertas que parecían haber sido arrancadas de sus bisagras, pañales sucios esparcidos por toda la casa, cristales reventados en el piso, comida podrida en la basura, moscas y cucarachas en la cocina.