En Arkansas, Estados Unidos, un hombre identificado como Tyler Buchanan, de 19 años, asfixió y luego intentó revivir con electricidad a su hija de dos meses. Según confesó, lo hizo porque la pequeña no dejaba de llorar y él no lo dejaba dormir, ahora puede ser condenado a pena de muerte.
El hombre fue acusado ante tribunales luego de haber asesinado a su hija el pasado 12 de junio, confesando que la niña no dejaba de gritar y llorar por lo que a él le era imposible conciliar el sueño y actuó sin pensar en las consecuencias, según reseñó el diario peruano La República
Buchanan había declarado a la Policía que supuestamente había despertado y al encontrar a la menor sin respirar, desesperado había cortado un cable y le colocó electricidad para intentar resucitarla. Pero en una segunda declaración confesó que sostuvo a la niña en sus brazos y pegó el rostro de ella contra su hombro intentando callarla pero la asfixió.
La mañana siguiente, la madre de la bebé consiguió Buchanan con el cadáver en brazos y diciendo que la bebé no estaba respirando.
La mujer procedió a llamar al 911, pero no había nada que hacer y la bebé fue declarada muerta.
El padre de la pequeña fue encarcelado formalmente el pasado lunes para esperar que le dicten condena que según autoridades estadounidense pudiera ser cadena perpetua o pena de muerte.
Tras ello, la joven llamó inmediatamente al 911, pero no había nada que hacer y la fue declarada muerta una vez que llegó al centro asistencial más cercano.
En un primer momento, el padre declaró que se había despertado en medio de la noche y descubrió que Paisley no respiraba, indica New York Post.
En otra confesión ante las autoridades, el sujeto indicó que sostuvo la cabeza de la niña contra su hombro para evitar que respirara, ya que sus gritos no lo dejaban conciliar el sueño. Según su propio testimonio, él sabía que sus acciones estaban mal.