Un comandante venezolano, que se mantuvo en el anonimato y que se encuentra en la lista de sancionados por el gobierno norteamericano, encabezó las reuniones para planificar un presunto golpe de estado al presidente Nicolás Maduro
Oficiales americanos y un ex comandante del cuerpo castrense venezolano indicaron que la administración del presidente norteamericano, Donald Trump, mantuvo reuniones secretas con oficiales militares rebeldes de Venezuela para discutir planes para derrocar al presidente Nicolás Maduro.
The New York Times indicó que uno de los militares involucrado en las conversaciones se encuentra en la lista de oficiales sancionados por el gobierno de Estados Unidos por actos de corrupción.
Los oficiales americanos decidieron, eventualmente, no ayudar a los conspiradores, por lo que los planes golpistas se congelaron. De acuerdo con la información de The New York Times, miembros de la Fuerza Armada habían solicitado reuniones con funcionarios norteamericanos durante el gobierno del presidente Barack Obama, pero fueron rechazados.
La declaración del Presidente Trump de que EE UU tenía en cuenta la opción militar para Venezuela animó a los militares venezolanos a retomar el contacto con Washington nuevamente.
“Era el comandante en jefe el que decía esto ahora”, indicó el ex comandante venezolano en la lista de sanciones durante una entrevista.
Los miembros del cuerpo castrense del país le explicaron a los oficiales estadounidenses, durante unas reuniones que comenzaron en septiembre del año pasado y prosiguieron este año, que representaban a cientos de miembros de la fuerza armada descontentos con el gobierno de Maduro.
The New York Times indicó que los militares venezolanos solicitaron radios encriptadas, alegando la necesidad de comunicarse de forma segura mientras desarrollaban un plan para la instalación de un gobierno de transición para dirigir el país hasta que se realizaran elecciones.
Los oficiales americanos no proveyeron a los oficiales con los equipos requeridos, y los planes se develaron, causando el arresto de una docena de presuntos conspiradores.
El ex comandante venezolano señaló que hay, por lo menos, tres grupos distintos dentro del cuerpo castrense del país que han conspirado contra el gobierno venezolano.
Uno de los grupos estableció contacto con el gobierno estadounidense mediante la embajada americana en una capital europea. En ese momento, oficiales de la Casa Blanca indicaron que estaban intrigados pero atentos, y dijeron que les preocupaba que el encuentro pudiese ser visto como una trampa para tener evidencia de que la administración de EE UU estaba conspirando contra Venezuela.
A medida que la situación del país empeoró, los oficiales americanos señalaron que valía la pena apoyar el esfuerzo de los militares que querían lograr un cambio político.
“Despues de mucha discusión, acordamos que deberiamos escuchar lo que tenían que decir”, indicó un oficial que no estaba autorizado a hablar de las reuniones secretas.
La administración de Trump envió a un diplomático a las reuniones para las conversaciones, pero no estaba autorizado a negociar nada en el momento. El oficial norteamericano puntualizó que los oficiales venezolanos no parecían tener un plan detallado de acción y que esperaban que los americanos les ofrecieran ideas y colaboración para idear un plan.
El ex comandante venezolano aseguró que los militares nunca solicitaron a Estados Unidos por una intervención militar. “Nunca acordé una operación conjunta, ni ellos la propusieron”, señaló el miembro del cuerpo castrense y añadió que se iba a actuar en julio del año pasado, cuando el gobierno instaló la asamblea nacional constituyente, pero abortaron el plan por temor a que llevara a un baño de sangre.
Posteriormente decidieron realizar la toma del poder en Marzo, pero los planes se develaron, de acuerdo con el oficial, por lo que decidieron posponer la operación hasta el 20 de mayo, día de “elecciones presidenciales” en Venezuela. Nuevamente se filtraron los planes, por lo que se canceló el plan.
Para que la conspiración tuviera éxito, se debía detener a Nicolás Maduro y a otros funcionarios de gobierno de manera simultánea. Para hacer eso, los oficiales venezolanos requerían una forma de comunicación segura, por lo que solicitaron equipos al diplomático norteamericano durante su segunda reunión el año pasado. Los norteamericanos se negaron a la solicitud.
“Estabamos frustrados. No recibíamos señales de apoyo y me dejaron esperando”, indicó el ex comandante venezolano sobre la segunda reunión. Durante el tercer encuentro, a principios de este año, las discusiones se estancaron y los estadounidenses no proveyeron de material o apoyo político a los planes de los militares.
Más de 150 militares han sido detenidos, y el ex comandante venezolano indicó que probablemente estén siendo torturados. Se lamentó de la falta de apoyo táctico de Estados Unidos, la cual, a su juicio, pudo haber cambiado la historia del país.
“Estoy decepcionado. Pero soy el menos afectado, al menos no soy un prisionero”, confesó.
Con información de The New York Times