El caso de La Madame llamó la atención de los medios. La mujer era la cabeza de una red de prostitución de venezolanas y colombianas en Cartagena, Colombia.
Ahora Liliana del Carmen Campos Puello está presa, pero sigue saliendo a la luz detalles del caso.
Sus compañeras cuentan que La Madame, quien se exhibía en las redes sociales en yates y fiestas, está triste y preocupada por sus hijos. Antes, la mujer ostentaba poder y dinero.
La investigación comenzó el pasado 25 de mayo y, según el diario El Espectador, se inició cuando un hombre mencionó a la mujer a un investigador infiltrado en Playa Hollywood, donde es común que vendedores ambulantes ofrezcan servicios sexuales a turistas, mostrando catálogos con las imágenes de las mujeres.
Dijo que Liliana ofrecía “paquetes turísticos” de fiestas sexuales en yates y casas de lujo y le dio su número de teléfono. A partir de allí, las autoridades “pincharon” el teléfono y escucharon sus conversaciones.
Allí conocieron las tarifas: Por tres horas, cobraba 500 mil pesos colombianos (162 dólares); por seis horas (dos relaciones sexuales), 700 mil pesos (226 dólares); por 12 horas (cuatro relaciones sexuales), 900 mil pesos (291 dólares); y por 24 horas, 1.200.000 pesos (388 dólares). Luego de quedarse con una comisión, la mujer pagaba a sus “chicas”. Inclusive tenían un grupo de Whatsapp con más de 200 mujeres en donde se establecían los “negocios”.
Liliana contó con la ayuda de su familia para llevar la organización, su padre Carlos Campos; y su cuñado, Willi, atendían las necesidades de las mujeres y vivían en un apartamento que se conectaba con la casa en donde vivían las prostitutas.
Las mujeres pagaban un “alquiler” semanal y si hacían algún acuerdo sin La Madame debían pagar una multa.
De acuerdo con las llamadas interceptadas, un hombre llegó a alertar a la mujer de que las seguía la policía, pero ella pensó que se trataba de una extorsión.
Como “servicios extras”, La Madame también organizaba fiestas y gestionaba el transporte a islas, con drogas y la contratación de capitanes de yates. reseña Sumarium