Con barricadas y cócteles molotov, Barcelona vivió este jueves su cuarta jornada de movilización independentista contra la condena de nueve de sus líderes a pesadas penas de cárcel.
Según constataron periodistas de AFP, cientos de jóvenes, a gritos de «independencia», montaron barricadas y les prendieron fuego en el centro de la capital catalana, y lanzaron cócteles molotov contra la policía. Los agentes a su vez dispararon proyectiles de espuma contra los manifestantes.
Los incidentes sucedieron en vísperas de una jornada que marcará el culmen de las movilizaciones desatadas después de que el lunes, el Tribunal Supremo español impusiera a nueve dirigentes independentistas penas de hasta 13 años de cárcel, por su implicación en la tentativa de secesión en 2017.
El viernes está prevista una «huelga general» en Cataluña, que en Barcelona coincidirá con la llegada de cinco marchas procedentes de otras tantas ciudades de esta región española, y una gran manifestación a las cinco de la tarde (15H00 GMT).
La jornada de este jueves comenzó con una marcha de estudiantes en huelga, unos 25.000 según la policía municipal barcelonesa.
Por la tarde hubo una concentración de ambiente festivo, con unos 13.000 participantes, a la que acudieron jóvenes que pasaron el rato jugando a la pelota o a las cartas, antes de que luego se produjeran los disturbios.
«Puede haber antisistemas o gente harta de ver que todo es puertas cerradas, unos jóvenes que se contagian y se dejan llevar, pero los catalanes no quieren ir por esta vía de la violencia», comentó a AFP Julio Martínez, un prejubilado de 63 años que fue a protestar con su hijo Daniel.
«Todos sabemos que esto no puede aguantar mucho más porque la gente no puede seguir faltando a clase o al trabajo. Pero de momento aquí seguimos», añadió Roger Vilaclara, un estudiante de 22 años.
De cara a la huelga del viernes, la Confederación Española de Transporte de Mercancías recomendó a las empresas del sector «que adelanten los envíos» en la región «y busquen alternativas de recorrido», ante las previsibles «dificultades para acceder a los centro de carga y descarga».
Asimismo, la fábrica de coches de SEAT en la localidad de Martorell cerró este jueves de tarde y permanecerá cerrada el viernes, anunció la empresa.
– Cautela del gobierno –
La noche del martes y el miércoles Barcelona ya vivió escenas de guerrilla urbana, con el lanzamiento de cócteles molotov y ácido a la policía, y la profusión de barricadas en llamas en el elegante Paseo de Gracia y calles aledañas.
Ante este panorama, el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, envió refuerzos policiales a Cataluña y encabezó este jueves un comité de coordinación de la situación.
A poco más de tres semanas para las elecciones legislativas del 10 de noviembre, los líderes de la derecha y la centroderecha, a quienes Sánchez recibió el miércoles, le exigen tomar medidas extraordinarias.
Entre estas se encuentran las opciones de asumir totalmente las competencias en materia de seguridad en Cataluña, o incluso intervenir su autonomía, como ocurrió en 2017 tras la tentativa de secesión. De momento, el ejecutivo no ha tomado medidas excepcionales.
«Hemos visto a un gobierno superado, sobrepasado y desnortado con la situación que se está viviendo en Cataluña», denunció Teodoro García Egea, secretario general del conservador Partido Popular.
– 97 detenidos desde el lunes –
El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, indicó que sólo el martes el mobiliario urbano de Barcelona sufrió daños por valor de 627.000 euros, a causa de los disturbios en las calles.
Según él, desde el inicio de las protestas hubo 97 detenidos en Cataluña -7 de ellos en prisión preventiva-, y 194 agentes de policía resultaron heridos.
Igualmente, este jueves 14 personas recibieron atención médica en Barcelona, según el sistema catalán de emergencias médicas.
«Se están viviendo episodios de gran violencia en Cataluña, protagonizados por grupos minoritarios pero perfectamente organizados», indicó Grande-Marlaska este jueves a mediodía, asegurando que «no habrá impunidad» con los violentos.
– Desafío del presidente catalán –
Conminado por Pedro Sánchez, el presidente regional catalán, el separatista Quim Torra, condenó la violencia la medianoche del miércoles, aunque en un discurso ante el Parlamento regional este jueves, se reafirmó en su desafío al poder central.
«Si por poner las urnas por la autodeterminación nos condenan a cien años, se deberán volver a poner urnas para la autodeterminación» de Cataluña, dijo refiriéndose al total de años de prisión recibido por nueve de sus correligionarios.
Los 7,5 millones de habitantes de la región están fuertemente divididos respecto a una hipotética independencia. Según un sondeo publicado en julio por un instituto dependiente del ejecutivo regional, un 44% de catalanes apuesta por la secesión, frente a un 48,3% que se opone a ella. AFP