Una infante fue vilmente asesinada por su madre y su padrastro en Costa Rica.
La niña recibió al menos 47 golpes que le causaron la muerte.
La brutal paliza le partió el hígado en dos y según explicó la jueza Anayancy Umaña dejó tanta sangre que el corazón también le explotó.
Ambos fueron sentenciados a 35 años de prisión. Lo peor del caso, según cuentan las autoridades, es que nadie de la vecindad dónde residían atendieron a los gritos de los pequeños, algo que pudo salvar sus vidas.
“Él le dijo que la iba a matar a ella y que iba a matar a toda la familia. Le quitó todas sus amistades”, reveló uno de los familiares a Primer Impacto, quienes niegan que la mamá tuviese algo que ver.
Sin embargo, la jueza reiteró que la mujer sí ocasionó daños a la menor, y en varias ocasiones según sus investigaciones le pegaba solo para que no hiciera ruido.
Este crimen ha conmocionado a todo el país, que quedó consternado al darse la noticia.