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Los jueces del Tribunal Oral Criminal N° 1 de San Isidro condenaron a la mamá de la nena, Susana Pérez, de 42 años, a prisión perpetua por el crimen.
“Mi mamá es mala, muy mala”, le dijo la joven de 12 años a una amiga de su madre. Descubrir que esa afirmación significaba resolver el asesinato de una jubilada ocurrido en el mismo barrio en el que vivían, le llevó a la mujer sólo unos minutos. Al profundizar en los dichos de la niña, escuchó la siniestra descripción del asesinato de Dominga Giles, una jubilada de 85 años cuyo cuerpo había sido encontrado la noche del 3 de julio de 2012 en su casa de Carapachay, municipio de Argentina.
“Yo le sugerí a la niña que no me hablara mal de su madre, pero ella insistía: ‘Mi mamá es mala. Muy mala’. Hasta que en un momento le pregunté por qué lo decía. Ella comenzó a llorar y me preguntó si me acordaba de la señora que vivía a la vuelta de mi casa, la que habían matado. ‘Mi mamá la asesinó. Mató a una persona’, me dijo, y le pregunté por qué. Entonces me contó que habían ido a la casa de la señora, que la madre le había pedido dinero y que como no se lo quería dar, le puso una bufanda en el cuello y le pegó con el palo de ablandar la carne en la cabeza”, expresó en el juicio por el caso la testigo Liliana Villar.
“Me dijo también que mientras su madre le pegaba a la señora le ordenó a ella que buscara plata por distintos rincones de la casa,pero que no revolviera nada”, expresó Villar, señala Clarín.
Gracias a la declaración de Villar, los jueces del Tribunal Oral Criminal N° 1 de San Isidro condenaron a la mamá de la nena, Susana Pérez, de 42 años, a prisión perpetua por el crimen de Giles.
Los jueces consideraron probado que Pérez mató a su vecina para robarle los 7.500 pesos que había cobrado por la pensión de su esposo.
SM