Myanmar: el ejército toma el poder tras detener a Aung San Suu Kyi y otros líderes civiles

Aung San Suu Kyi

El ejército de Myanmar anunció este lunes que ha tomado el control del gobierno del país asiático.

En un mensaje transmitido en la televisión, los jefes militares declararon el estado de emergencia por un año y comunicaron que el comandante en jefe Min Aung Hlaing queda al mando.

El anuncio se produjo después de que Aung San Suu Kyi, la líder del partido gobernante Liga Nacional para la Democracia (LND), fuera detenida en las primeras horas del lunes, informó el portavoz de la formación política, Myo Nyunt.

Nyunt señaló que el presidente Win Myint y otros líderes también fueron «capturados» en las primeras horas de la mañana.

La LND emitió un comunicado en nombre de Suu Kyi que dice: «Insto a la gente a no aceptar esto, a responder y a protestar a ultranza contra este golpe del ejército», según informa la agencia Reuters.

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Es un dramático revés para Myanmar, que apenas salía de décadas de régimen militar y aislamiento internacional, a partir de 1962. Es además una asombrosa pérdida de poder para Suu Kyi, una activista de la paz que estuvo presa en su casa durante años mientras perseveraba en una campaña para llevar la democracia a su país y se convirtió en la gobernante de facto cuando su Liga Nacional por la Democracia ganó las elecciones en 2015.

Si bien Suu Kyi fue una dura adversaria de los militares durante su arresto domiciliario, desde que asumió las riendas del poder ha tenido que negociar con los generales que en realidad nunca cedieron totalmente el poder. Si bien la mujer, de 75 años, es sumamente popular a nivel nacional, su deferencia hacia los generales —incluso defendiendo las matanzas de rohinya que son ampliamente consideradas genocidio— ha empañado su imagen a nivel internacional.

Hay quienes califican el golpe de estado de prueba de que los militares nunca cedieron el poder totalmente a pesar de la semblanza democrática. Ya antes el grupo de derechos humanos Human Rights Watch había calificado la cláusula constitucional que permite la intervención de las fuerzas armadas como “un golpe de estado en preparación”.

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