Un tribunal de Vladivostok, ciudad en el extremo oriente de Rusia, ha impuesto una multa de 150,4 millones de rublos (2,3 millones de dólares, 2,1 millones de euros) a cuatro compañías por la captura ilegal de once orcas que fueron recluidas en la llamada «cárcel de ballenas», informó hoy la asociación Orcas Rusas Libres.
El tribunal multó a las empresas Afalina, Oceanarium, Bely Kit y Sochi Dolphinarium imponiéndoles dos veces el precio por el que se suelen vender las orcas a delfinarios chinos.
Las empresas fueron condenadas por haber capturado las orcas en un área prohibida,usando equipos y embarcaciones no conformes a la ley e infringido el procedimiento de captura.
Alrededor de 87 belugas, 11 orcas y cinco crías de morsa fueron capturadas en el mar de Ojotsk durante 2018 para ser vendidas a los delfinarios chinos.
Estaban recluidas en la llamada «cárcel de ballenas». Tres belugas y una orca desaparecieron en invierno. Las empresas afirmaron que las habían liberado pero las organizaciones ambientales sospecharon que habían muerto por falta de espacio y enfermedades.
Pruebas de Enfermedades
La organización ecologista Greenpeace mostró a continuación imágenes que mostraron a algunas de las orcas y belugas con sarpullidos, furúnculos, yagas y manchas, que los especialistas atribuyen a infecciones víricas, bacterianas y micóticas.
En junio pasado, la ecologista rusa Nina Ziriánova denunció que la «cárcel de ballenas», situada en la bahía Sredniaia, es utilizada como atractivo turístico pese la decisión de científicos rusos y extranjeros, como el francés Jean-Michel Cousteau, de devolver a las orcas y belugas a su hábitat natural.
Las autoridades rusas anunciaron finalmente, tras el tradicional programa anual en el que el presidente ruso, Vladímir Putin, responde a preguntas de la ciudadanía, que los cetáceos serían liberados después de ser sometidos a un programa de rehabilitación.
Hasta el momento todas las orcas han sido liberadas, pero aún quedan decenas de belugas en la «cárcel de ballenas», según la agencia Interfax. EFE