El líder de Corea del Norte Kim Jong-Un estuvo de acuerdo en mantener una segunda cumbre con el presidente de Estados Unidos Donald Trump lo antes posible, informó Seúl este domingo, tras la visita al Norte del secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo.
Pompeo dijo que “él acordó con el dirigente Kim sostener una segunda cumbre entre EEUU y Corea del Norte cuanto antes”, informó en un comunicado la oficina de la presidencia surcoreana.
El secretario de Estado dio cuenta de “avances” tras un nuevo encuentro en Pyongyang con Kim Jong Un, cuyo objetivo era acelerar la desnuclearización de Corea del Norte.
Pompeo, que viajó luego a Seúl, lleva a cabo una gira asiática en la que ya estuvo en Tokio y en la también viajará a China.
“Buen viaje en Pyongyang, en el que me reuní con el líder Kim”, tuiteó Pompeo. “Seguimos avanzando en los acuerdos alcanzados en la cumbre de Singapur. Gracias por recibirnos a mí y a mi equipo”, añadió.
Esta es la cuarta visita del secretario de Estado al país, cuando va tomando forma un posible acuerdo entre Estados Unidos y Corea del Norte.
Kim, que habló a Pompeo a través de un intérprete, saludó “un buen encuentro”. “Este fue un buen día que promete un buen futuro (…) para los dos países”.
En julio, en un viaje de Pompeo, el secretario de Estado comentó que se avanzado pero Pyongyang en cambio condenó los “métodos de gánster” de Estados Unidos, acusándolo de exigir su desarme unilateral sin hacer concesiones.
Un responsable estadounidense declaró que esta nueva visita tuvo un “mejor” resultado que “la vez anterior”, agregando no obstante que “el camino será largo”.
– “Enamorados” –
No se conoce el contenido preciso del encuentro. Pompeo había escrito no obstante en Twitter que el objetivo era respetar “los compromisos” tomados por los dirigentes de Estados Unidos y de Corea del Norte.
En su vuelo hacia Tokio, Pompeo dijo a los periodistas que su objetivo era “crear una confianza suficiente” con Corea del Norte para avanzar hacia la paz, y anunció la organización de otra cumbre entre Kim y Trump, después de la que protagonizaron en junio en Singapur.
Pompeo minimizó, no obstante, las expectativas sobre el resultado de su encuentro con Kim. “Dudo que lo logremos todo, pero comenzamos a contemplar opciones sobre la localización y el momento para que el líder Kim vuelva a reunirse con el presidente” Trump.
“Quizás lleguemos más allá de eso”, añadió.
Ningún presidente estadounidense en activo ha viajado a Corea del Norte, uno de los países más represivos del mundo, según los defensores de los derechos humanos.
Las relaciones entre Washington y Pyongyang han sufrido altibajos desde la cumbre de Singapur, criticada porque apenas dio lugar a vagos compromisos de Kim a favor de la desnuclearización de la península coreana.
Trump anuló un viaje de su secretario de Estado a Pyongyang en agosto, debido a la falta de avances en las negociaciones sobre esa cuestión.
Pero en septiembre dijo que el líder norcoreano y él “se enamoraron” y que Kim le había escrito “cartas preciosas”.
Después de eso, Kim Jong Un prometió el desmantelamiento de un sitio balístico en presencia de inspectores extranjeros y, sobre todo, el cierre de su complejo nuclear de Yongbyon, con la condición, no obstante, de que Washington tome las “medidas correspondientes”.
– “Visión coordinada” –
Con su visita a Tokio el sábado, el diplomático estadounidense buscaba, entre otras cosas, tranquilizar a su aliado japonés e incluirlo en el proceso de negociaciones sobre Corea del Norte.
Estados Unidos y Japón tienen “una visión totalmente coordinada y unida sobre la forma de proceder, lo cual será necesario si queremos conseguir desnuclearizar Corea del Norte”, declaró durante una entrevista con el primer ministro japonés, Shinzo Abe.
Para Pompeo, era importante que Washington y Tokio estuvieran sintonizados antes de su encuentro con Kim Jong Un.
Japón siempre ha defendido la necesidad de mostrarse firme ante Corea del Norte, que en varias ocasiones lanzó misiles que sobrevolaron el territorio nipón y amenazó con aniquilar el archipiélago.
Pero, aunque insiste en mantener la presión sobre el régimen de Kim, Abe se mostró dispuesto en septiembre a reunirse con el líder norcoreano, reseña Sumarium