El Parlamento libanés tenía previsto elegir este lunes al exgeneral Michel Aoun como presidente, poniendo así fin a un vacío institucional de dos años y medio a causa de las profundas divisiones políticas vinculadas, principalmente, a la guerra de Siria.
La elección de Aoun, de 81 años, para la presidencia de Líbano, vacante desde 2014, es el fruto de un laborioso compromiso entre las principales facciones políticas, que suelen mostrar posturas opuestas ante casi cualquier tema.
El lunes, los partidarios del general estaban reunidos en la plaza de los Mártires, en el centro de Beirut, no muy lejos del parlamento, luciendo el color naranja del movimiento de Aoun, la “Corriente Patriótica Libre”, mientras que la seguridad se había reforzado en la capital.
La sesión del Parlamento, la 46ª reunión convocada para elegir presidente, debía comenzar al mediodía (10H00 GMT).
El nuevo presidente ejercerá un mandato de seis años sin posibilidad de reelección.
“Contamos los minutos hasta la elección del general Aoun, esperamos eso desde hace mucho tiempo”, dijo Jean, peluquero de 35 años y oriundo de las afueras de Dekwaneh.
“Cerraré mi peluquería tras la elección para participar en las celebraciones del centro de la ciudad, ¡que durarán hasta el amanecer!”, exclamó.
La elección se produce en un contexto de bloqueo de las instituciones públicas y de parálisis económica a causa de un malestar político generalizado en el país, vecino de Siria, en guerra.
Bajito y regordete, Michel Aoun es un exmilitar cristiano maronita, alabado por sus partidarios y odiado por sus adversarios. Cuenta con el apoyo de Hezbolá, el poderoso movimiento islamista chiita que respalda al régimen de Damasco.
También obtuvo el apoyo de dos de sus adversarios políticos, el jefe cristiano maronita de las Fuerzas Libanesas (FL), Samir Geagea, y el ex primer ministro musulmán sunita Saad Hariri. Ambos son hostiles a Hezbolá y al presidente sirio, Bashar al Asad.
En Líbano, el presidente es elegido por el Parlamento, de 128 diputados, repartidos a partes iguales entre cristianos y musulmanes. Según el pacto nacional de 1943, el presidente debe ser un cristiano maronita, el primer ministro, un musulmán sunita, y el presidente del Parlamento, chiita.
El presidente juega un papel de árbitro pero sus prerrogativas fueron fuertemente limitadas al término de la guerra civil (1975-1990).
Hasta ahora, el Parlamento había intentado elegir presidente en 45 ocasiones. Pero, cada vez, los 20 diputados del bloque parlamentario de Aoun y los 13 de Hezbolá boicotearon la sesión.
El presidente debe ser elegido por voto secreto con una mayoría de dos tercios de los diputados en primera vuelta, y por mayoría absoluta en las vueltas siguientes (65 votos).
Según un sondeo del diario libanés Assafir, el exmilitar podría ganar la elección en la primera vuelta, con 94 votos.
“El sueño se ha cumplido”, dijo entusiasmado el ex ministro de Telecomunicaciones Nicolas Sehnaoui, simpatizante de Aoun. “Será un presidente para todos los libaneses, no sólo para su partido”.
Sus detractores, en cambio, lo describen como un hombre colérico, capaz de llevar a cabo audaces artimañas políticas.
Por otro lado, la elección de Aoun debería permitir a Hariri convertirse en primer ministro, un cargo que ya ocupó entre 2009 y 2011. AFP