El multimillonario Michael Bloomberg entra en la carrera demócrata para las presidenciales de 2020, el exalcalde de Nueva York acaba con las especulaciones y anuncia su candidatura: «Me postulo para presidente para derrotar a Donald Trump y reconstruir Estados Unidos».
Se acabaron las especulaciones. Michael Bloomberg ha formalizado este domingo su candidatura a las primarias demócratas para enfrentarse a Donald Trump en las presidenciales de 2020. El antiguo alcalde de Nueva York, considerada una de las mayores fortunas del mundo, da el pistoletazo de salida a su campaña bajo el lema “Luchando por nuestro futuro” y con un mensaje en el que afirma que “hay una América esperando a ser reconstruida”.
“No podemos permitirnos cuatro años más de acciones imprudentes y poco éticas del presidente Trump”, advierte en una declaración escrita con el anuncio, en la que se describe como la única persona en condiciones para sacar al republicano de la Casa Blanca. En paralelo, lanza una campaña publicitaria en los Estados clave, en la que se presenta como «un solucionador de problemas, no como un conservador».
Bloomberg ve a Trump como una “amenaza existencial” para el país y sus valores. “Si gana otro mandato”, insiste, “es posible que nunca nos recuperemos del daño”. El anuncio televisado que oficializa su campaña le presenta como un exitoso empresario que viene de una familia humilde y que “puso su dinero donde tiene su corazón” para lograr un cambio de políticas en cuestiones como la violencia con armas, el cambio climático, la inmigración y la igualdad.
El empresario no participó en ninguno de los cinco debates televisados que se han organizado hasta ahora. “Derrotar a Donald Trump, y reconstruir Estados Unidos, es la lucha más urgente e importante de nuestras vidas”, afirma Bloomberg, en la que asegura que «está listo para enfrentar las peleas difíciles y ganar».
El magnate entra en la campaña a 10 semanas de que arranquen las primarias en los caucus de Iowa. Bloomberg no ocultó en el pasado su profunda preocupación hacia la solidez de la candidatura de los demócratas que se presentan a las primarias. No tiene duda de que sus rivales (destacan Bernie Sanders, Elizabeth Warren y Joe Biden) serán mejores presidentes que Trump, pero otra cosa distinta es que puedan imponerse antes en las urnas y crear un frente unificado. La posibilidad de que Bloomberg se postulara para las presidenciales se hizo evidente hace dos semanas, cuando se registró para las primarias de Alabama.
Michael Bloomberg se presenta como un centrista moderado y pragmático, como el vicepresidente y también candidato demócrata Joe Biden. Pero está lejos de ser un ideólogo de izquierdas y se negó a apoyar iniciativas como la asistencia sanitaria pública universal o el Green New Deal patrocinado por Alexandria Ocasio-Cortez. Su reto, por tanto, será atraer a unas bases que se decantan más hacia el progresismo, con los senadores Warren y Sanders como abanderados.
Última oportunidad
A sus 77 años de edad, es la última oportunidad que tiene Bloomberg para poder ser presidente. Es algo que lleva tanteando desde hace 12 años. El empresario cuenta con una cantidad ingente de recursos para financiar la campaña, por lo que no tendrá que aceptar donaciones. Su fortuna supera los 52.000 millones de dólares (47.176 millones de euros), muy superior a los 3.000 millones de Trump (2.721).
El ahora candidato demócrata debe su fortuna a la compañía de comunicación Bloomberg LP, que fundó en 1981 con el cheque que recibió de Salomon Brothers tras su despido y que está considerada como la más potente en el negocio de la inteligencia financiera. Además de empresario, es un activista muy comprometido entre otras causas en la lucha contra el cambio climático. Fue una de sus prioridades como alcalde y el año pasado se comprometió personalmente a pagar la cuota de Estados Unidos como firmante del pacto global de París, tras la decisión de Donald Trump de retirarse.
Si se hace con la nominación y llega a la Casa Blanca, será de lejos el presidente más rico de la historia. Bloomberg destinó 8.000 millones de dólares de su fortuna a caridad y gastó ya 150 millones para la campaña de 2020, para financiar anuncios dirigidos a atacar a Trump o animar a que los electores minoritarios se registren para votar en las presidenciales. De ese total, más de 30 millones los destinará a lanzar su campaña.
“Entiendo que las personas ricas tendrán más zapatos que el resto de nosotros, más coches y más casas”, dijo Warren en un acto de campaña ante lo que ya era evidente, “pero no obtendrán una mayor tajada de la democracia”. Sanders, por su parte, afirmó en un tuit el pasado viernes que le “disgusta la idea de que Michael Bloomberg o cualquier multimillonario piense que puede eludir el proceso político y gastar decenas de millones de dólares para comprar las elecciones”. Hasta el momento no dio detalles sobre cómo va a financiar su ambición política.
El entorno de Bloomberg se limita a decir que “hará lo que haga falta para derrotar a Trump”. El empresario agita de esta manera la batalla entre los demócratas para hacerse con la nominación. El riesgo de su irrupción, por tanto, es que quite votos y dinero a los moderados. La maniobra se interpreta además como un intento por contener las iniciativas destinadas a elevar los impuestos a las grandes fortunas. El magnate, sin embargo, se presenta como un líder fuerte y probado capaz de unificar el país.
Si el electorado lo que busca es una persona competente que contraste con Trump, entonces la campaña del neoyorquino podría crear el puente para que las facciones más moderadas de la izquierda y la derecha puedan entablar una comunicación sobre las prioridades sociales y económicas del país. Bloomberg podría ser capaz de movilizar a la parte del electorado que busca algo diferente.
La opción de un tercer partido no es viable, como demostró el caso de Howard Schultz en su intento por movilizar al electorado independiente. Lo que está por ver es si un perfil como el de Michael Bloomberg es capaz de atraer a los republicanos que no se alinean con las políticas de Donald Trump y cómo puede atraer en paralelo a los liberales asustados con las iniciativas de Elizabeth Warren y Bernie Sanders.