Una mañana, cuando Charity Lee tenía 6 años, su padre recibió múltiples balazos en la espalda en su propio hogar en Texas, Estados Unidos. La acusada, procesada y absuelta por el crimen fue su madre.
En su adolescencia, Charity fue buena estudiante y deportista, pero también tuvo problemas con su salud mental y de adicción.
A los 18 años, pidió ayuda para dejar las drogas, lo logró y entró a la universidad a estudiar Ecología Humana.
«Pero me sentía miserable. La gente te dice que si dejas las drogas te vas a sentir bien. Sin embargo, todo ese dolor que estaba suprimiendo con estupefacientes salió a flote», le contó a la BBC.
«Tras un año de eso pensé: ‘Si no estoy bien dentro de 3 meses, no quiero más esta vida’… típico pensamiento de adolescente».
Fue entonces cuando supo que estaba embarazada y «eso cambió todo».
«Yo no creo que haya amado como amé a ese ser que estaba creciendo dentro de mí».
Su nombre: Paris, «de la mitología griega. Paris fue el príncipe que se enamoró de Elena de Troya y la raptó. No le fue muy bien, pero yo estaba enfocada en la parte del amor».
«El día del nacimiento de Paris ~ Octubre 10, 1993 3:26am ~ Knoxville, TN ~ A solo 16 días de mi 20º cumpleaños… estoy aterrada de cuán enamorada estoy de este niño…», escribió Charity al lado de esta foto.
Nueve años más tarde, volvió a quedar embarazada, esta vez de una niña a la que llamó Ella.
«Ella era extrovertida y asertiva, mientras que Paris era más introvertido y tímido.
«Paris parecía querer mucho a Ella. Y ella lo adoraba», señaló en entrevista con la BBC.
Ninguna señal de alarma
«Paris era un niño muy bueno y calmado… tenía sus momentos, como cualquier chico, pero nada que me inquietara.
«Cuando lo examinas en retrospectiva encuentras cosas que podrían haber sido señales, pero en el momento te parece que son cosas de niños».
Era evidente que se querían, o al menos eso parecía.
Aunque sí hubo un momento de crisis.
Charity había logrado mantenerse libre de drogas durante muchos años, pero las garras de la adicción la volvieron a atrapar por un período de 6 meses, cuando Paris tenía 12 años y Ella, 2 casi 3.
«Fue muy difícil. Yo tenía problemas y a veces no podía cuidarlos; Paris tomaba las riendas y se ocupaba de Ella. Pero yo seguía ‘funcionando’ como madre.
«Yo creo que para Paris fue devastador darse cuenta de que su madre era falible como cualquier humano y estaba enojado. Para Ella era distinto: sabía que había días en los que mami no se sentía bien, y me abrazaba».
Tiempos difíciles
Durante ese período, hubo un incidente en la granja de su madre que preocupó a Charity.
Paris y Ella habían estado jugando afuera con la tía -que es solo 3 años mayor que Paris- y se pelearon por alguna bobada, le contó a la BBC.
Todo parecía normal, aunque hubo un incidente preocupante, pero su amenaza fue hacerse daño a sí mismo.
Charity separó a las niñas de Paris y se fue a hablar con ellas primero. Cuando fue a buscar a Paris le dijeron que había salido con un cuchillo de la cocina.
Lo encontró sollozando y diciendo que si se le acercaban se haría daño.
«La gente dice que ese incidente era la señal pero, en ese momento, no lo vi así. Yo sabía que Paris estaba muy molesto por mi recaída y lo que yo le había hecho a nuestra familia, y ocurrió en ese contexto.
«Me preocupó porque la reacción era exagerada y lo llevé al hospital».
Los médicos no encontraron ningún indicio de tendencias homicidas.
Charity dejó las drogas y todo volvió a la normalidad. El año era 2005.
Febrero 4, 2007
«Yo trabajaba como mesera y también estaba estudiando.
«Cuando me iba a trabajar, Ella estaba en la tina. Normalmente, me daba un beso y un abrazo, y me decía ‘¡adiós mami!’ y ya, pero ese día me empezó a decir: ‘Un beso más, mami; un abrazo más, mami’. Lo hizo tantas veces que llegué tarde al trabajo.
«Ese día Paris estaba bravo conmigo; tenía 13 años, era normal que a veces estuviera bravo conmigo. Recuerdo muy bien que me le acerqué y le dije: ‘Tú sabes que yo te quiero. Hemos pasado por cosas peores y esta también la vamos a superar’.
«Y me fui a trabajar».
Ella, a los 4 años.
«Un poco después de la medianoche, cuando estábamos cerrando el restaurante, llegaron dos detectives y un capellán y me pidieron que me sentara. Lo primero que me dijeron fue:
– Su hija fue herida
– ¡Tengo que ir!… ¿Dónde está?
– Está en casa
– ¿Por qué en casa? ¡Tiene que ir al hospital!
– Su hija está muerta
«Ese fue el final de la vida que yo conocía. Recuerdo que me desmayé y cuando recobré el conocimiento pregunté:
– ¿Dónde está Paris?
– Él está bien. Está con nosotros
– ¿Qué significa ‘Está con nosotros’?
«Y me dijeron que Paris había sido quien la mató».
«Fue entonces cuando todo dejó de tener sentido», recordó, entre lágrimas, en conversación con la BBC.
«Contrario a la creencia popular, mi Paris era un hermano mayor increíble», escribió Charity al lado de esta foto.
Unas horas antes
Paris había convencido a la niñera de que se fuera a casa antes de que su madre regresara.
Después entró a la habitación de su hermana de 4 años de edad, la agredió sexualmente, la golpeó, la estranguló y la apuñaló 17 veces con un cuchillo de cocina.
Luego llamó a un amigo y charló con él 6 minutos antes de llamar a emergencias.
Recibió instrucciones para que le diera primeros auxilios a Ella mientras llegaban y les dijo que lo estaba haciendo. La evidencia mostró luego que no hizo ningún intento para resucitar a su hermana.
«Cuando oí que Ella estaba muerta sentí que me quebraba en billones de pedazos. Cuando me enteré que el asesino era Paris fue como si alguien tomara esos pedazos y los quebrara otra vez.
«Al final de esa noche estaba tan despedazada que nunca pensé que fuera a poder encontrar esos pedazos para volverme a reconstruir.
«Quería morirme. Pero no podía… tenía un hijo: Paris».
«Ella tomó esta foto. Es la última vez que Paris y yo nos tomamos una foto mientras ambos habitábamos el mundo en libertad», escribió Charity al lado de esta foto.
Qué vas a hacer ahora
Al otro día, Charity fue a ver a Paris donde estaba detenido.
«A las 5:30, y lo recuerdo porque todos los días, durante 9 meses, lo fui a ver a la misma hora.
«Yo estaba hecha un desastre, pero lo primero que sentí fue felicidad de ver a mi hijo. Lo levanté de la silla y, en medio del llanto, lo abracé, lo acaricié, lo toqué por todas partes como si quisiera saber que él estaba ahí y que estaba bien.
«Hasta que me di cuenta de que él no me estaba abrazando, que no mostraba ninguna emoción… sencillamente estaba presente.
«Lo miré y no vi nada, en su rostro, en sus ojos… nada, NADA.
«Se sentó y me preguntó:
– ¿Qué vas a hacer ahora?
– ¿A qué te refieres?
– Tú siempre dijiste que la única razón por la que matarías a alguien era que le hicieran algo malo a tus hijos. Entonces, ¿qué vas a hacer ahora?».
«No me lo estaba preguntando como si tuviera miedo de lo que su mamá le fuera a hacer, sino que me estaba desafiando.
«Fue la primera vez que vi que había algo más en Paris… yo sabía que podía sentir rabia, pero esto no era rabia, era oscuridad».
Ante el horror, amor: Charity respondió al desafío renovando su promesa de quererlo siempre.
«Le dije: ‘Te voy a prometer lo mismo que te prometí cuando naciste'».
«La primera vez que me entregaron a Paris cuando nació, le susurré al oído: ‘No sé cómo ser madre, pero te prometo que siempre lo haré lo mejor que pueda'».
«Yo quería que él supiera que mi amor nunca sería condicional, así que le dije: ‘Voy a ser tu madre de la mejor manera que pueda y siempre te voy a querer, no importa qué pase'».
Un demonio en llamas
«La policía me dio la versión de los eventos según Paris.
«Él había dicho que ambos estaban dormidos en la misma cama. Que se despertó y vio a Ella convertida en un demonio en llamas, así que trató de matar a ese demonio.
«Por unos 3 meses quise creerle. Quise creer que mi hijo estaba enfermo. Y está enfermo, pero yo quería creer que estaba enfermo de otra manera».
Desde que lo arrestaron, Paris se transformó en un ser cada vez más violento.
«Yo creo que decidió quitarse la máscara, dejó de pretender que esa parte de él no existía».
De haber sido mayor de edad, Paris habría enfrentado la pena de muerte.
La investigación encontró alarmantes búsquedas en la web y detalles extremadamente perturbadores de la manera en la que mató a Ella.
Finalmente, Charity aceptó la realidad de que no había sido un accidente o un episodio psicótico pasajero: Paris quiso matar a su hermana.
«Creo que lloré constantemente durante meses. Perdí 15 kilos en 13 días. Empecé a tartamudear.
«Fue devastador. En los 9 meses desde que Ella fue asesinada hasta que Paris fue sentenciado, pasé por las experiencias más surrealistas, dolorosas e incoherentes que espero me toque vivir».
En 2007 Paris fue sentenciado a 40 años de cárcel.
¿Por qué lo sigue visitando?
«Mucha gente me dice que no lo haría, pero mi amor es incondicional. Yo nunca, nunca, en ningún momento he dejado de amar a mi hijo», aseguró Charity frente a los micrófonos de la BBC.
Aunque también empezó a temerle, no sólo por lo que había hecho sino que se enteró de lo que había planeado hacer: matarla a ella.
«Parte de la razón por la que me dejó vivir fue porque después de matar a Ella se dio cuenta de que yo sufriría por más tiempo si me dejaba viva.
«‘Si te hubiera matado’ -me dijo cuando tenía 15 años- ‘habrías sufrido sólo 15 o 20 minutos'».
¿Culpable?
Charity también tuvo que aprender que cuando algo así sucede, la madre siempre es considerada culpable por quienes la rodean. Y se lo hacían saber, en ocasiones con agresiones.
Pero, ella misma, ¿se sintió culpable?
«Sí y no. Yo siempre he asumido la responsabilidad por el hecho de que mi recaída años antes afectó a Paris, pero también estoy convencida de que una gran parte de lo que define su personalidad es genético.
«No obstante, él podría haber tomado otra decisión; todos tenemos esa capacidad.
«Sería distinto si él sufriera de algún desorden que le impidiera discernir entre el bien o el mal.
«Pero eso no es lo que él tiene. Es muy frío, calculador e inteligente. No fue una decisión impulsiva, tenía miles de opciones distintas. Él mismo me dijo que consideró otras opciones pero que escogió a Ella porque sabía que causaría el daño más profundo.
«Es un sociópata, sin duda alguna».
Un cajón vacío
Sociópata es un término para la gente que sufre de un tipo extremo de trastorno de personalidad antisocial (TPA).
Según el Servicio Nacional de Salud británico (NHS), no se sabe la razón por la cual algunas personas lo desarrollan, pero se piensa que tanto la genética como experiencias traumáticas están involucradas.
Ese fue el diagnóstico que le dieron a Charity una y otra vez, pero le tomó años aceptarlo. Ahora reconoce las características.
«Los componentes más notables son su indiferencia total hacia las normas de la sociedad, ausencia de remordimiento, emociones extremadamente superficiales. Eso acompañado de narcisismo, lo que lo vuelve una persona muy desagradable muchas veces».
«Él me dice: ‘¿Sabes mamá? Yo sé que dentro de mí debe haber un cajón en el que está guardado todo mi remordimiento por lo que le hice a Ella. Pero cuando abro ese cajón, está vacío'».
¿Cómo se siente sabiendo que es la madre de un sociópata?
«Lo acepté y eso trae serenidad. Paris es un depredador. Es como si estuviera en el mar en mi tabla de surfear y un tiburón me viera y pensara que soy una foca: me va a morder, me va a doler y mi vida nunca va a ser igual.
«Pero no me voy a pasar la vida odiando al tiburón por ser tiburón.
«Odio lo que Paris hizo, pero él es lo que es».
«Lo único que puedo hacer es lidiar muy cuidadosamente con mi tiburón y enseñarle a otra gente qué es un tiburón».
Con eso en mente, Charity fundó una organización llamada Fundación ELLA ([email protected]) para ayudar a víctimas de crímenes violentos, así como a los afectados por enfermedades mentales y el sistema de justicia criminal.
Levantándose de las cenizas
En 2013, 6 años después de perder a Ella, Charity quedó embarazada -sin planearlo- y tuvo un niño a quien llamó Fénix, como el ave mitológica «que se levanta de las cenizas de su propia destrucción».
«Ahora lo que pasó con Paris y Ella no me define, hay más: este bello niño».
Paris sigue en prisión en Texas y ya tiene 24 años de edad, casi 25.
Charity lo sigue visitando y habla con él por teléfono.
Es posible que lo liberen en el año 2047, lo que inquieta a Charity.
«Me da miedo. Él no va a cambiar; él no ha cambiado desde que tenía 13 años. Para ser honesta, espero que Paris tenga que cumplir toda su sentencia para que Fénix crezca tan grande y fuerte como sea posible».