México rebasó la marca de los 100.000 fallecimientos por coronavirus, convirtiéndose en apenas el cuarto país del mundo en alcanzar esa cifra, en medio de preocupaciones por las persistentes cicatrices físicas y psicológicas de los sobrevivientes.
José Luis Alomía Zegarra, director de epidemiología del país, anunció el jueves que México registró 100.104 fallecimientos confirmados por coronavirus, únicamente detrás de Estados Unidos, Brasil e India.
El número de México incluye sólo muertes confirmadas por pruebas, así que la cifra verdadera de víctimas es mucho mayor. A fines de octubre, un estudio del gobierno sobre el exceso de mortalidad informó que un total de alrededor de 140.000 muertes este año probablemente fueron atribuibles al coronavirus, un número que ha crecido desde entonces.
La marca se alcanzó menos de una semana después de que el gobierno mexicano informara que se habían rebasado el millón de infecciones registradas, aunque las autoridades coinciden que la cifra probablemente sea mucho más alta debido al bajo número de pruebas diagnósticas que se realizan.
La forma en que la prensa ha cubierto los hitos consecutivos molestó al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien afirmó el viernes que las críticas a las políticas del país contra la pandemia son en realidad ataques políticos. Comparó a los críticos con “zopilotes”, un ave carroñera. Su gobierno también ha puesto en duda la utilidad de las mascarillas —el presidente casi nunca las usa— y ha defendido su baja tasa de pruebas.
”¿Por qué cambiar?” dijo el viernes sobre las políticas de su gobierno contra la pandemia. ”¿Nada más porque a los que medraban, robaban, no les gusta lo que estamos haciendo? ¿O no quieren vernos en el gobierno?”, preguntó en su conferencia de prensa matutina.
El subsecretario de Salud de México y principal funcionario en el combate a la pandemia, Hugo López Gatell, se molestó cuando le preguntaron sobre el hecho de que el país rebasó las 100.000 muertes.
Criticó a los medios de comunicación por ser alarmistas y enfocarse en la cifra, de la misma manera en que ha criticado a los que insinúan que el gobierno no informa cifras reales, a los que cuestionan la baja tasa de pruebas diagnósticas en el país o las recomendaciones gubernamentales contradictorias sobre el uso de mascarillas.
“La epidemia es terrible en sí, no hay que agregarle dramatismo”, dijo López-Gatell, insinuando que algunos medios se enfocan en el número de fallecimientos para vender periódicos o desatar una “confrontación política”. AP