Los españoles se quitaron las mascarillas o las guardaron en sus bolsillos por primera vez en casi dos meses después de que el jueves se retiró la orden de usar cubrebocas en exteriores en el país. Los italianos harán algo similar el viernes.
Ambos países tienen altas tasas de vacunación, números de infecciones a la baja y cifras de hospitalización menores que durante picos anteriores del coronavirus.
Sara de la Rubia, una enfermera de 45 años que reside en Madrid, opinó que dejar de utilizar cubrebocas será un momento para probar la efectividad de las vacunas.
“Tiene que llegar un momento en el que tengamos que ir normalizando la cosa, ir haciendo una vida normal, para probar cómo va funcionando la cosa, para probar las vacunas y todo lo demás”, afirmó.
Tras alcanzar su punto máximo en enero, la tasa de contagios en España ha estado cayendo desde hace dos semanas, aliviando la presión sobre los hospitales y animando a las autoridades a relajar algunas de las medidas adoptadas a mediados de diciembre contra la variante ómicron del coronavirus, que es muy contagiosa.
En el concurrido distrito comercial de Callao en la capital española, muchos todavía usaban mascarillas el jueves por la mañana. Entre ellos estaba Julio García, quien agradeció la oportunidad de deshacerse de la mascarilla, pero dijo que prefería ser cauteloso.
“Creo que es decisión muy aparte y personal”, expresó García, quien tiene 27 años y está desempleado. “Creo que el cuidado es de cada uno. Yo prefiero sí cuidarme, aunque en algunos momentos no lo haga. Por nosotros y por nuestras familias, estoy a favor de retirarlas, pero cuidándonos”.
Según las nuevas reglas, no se requerirá que los escolares utilicen cubrebocas durante los descansos entre clases, pero siguen siendo obligatorios en espacios públicos cerrados, como el transporte público y cuando las personas no pueden mantener una distancia segura de 1,5 metros (4 pies) entre sí.
Las infecciones alcanzaron su punto máximo el 21 de enero, con 3.418 casos por cada 100.000 residentes durante dos semanas, un récord pandémico, aunque los expertos opinan que las cifras oficiales no reflejan el panorama completo dado que muchas infecciones se confirmaron con kits de pruebas caseras y no se reportaron a las autoridades.
Para el miércoles, el promedio de casos del último par de semanas fue de 1.693, comparado con 1.894 el martes. La ocupación de los hospitales de COVID-19 se ha reducido a menos de una quinta parte de la capacidad total.
Otros países europeos también están relajando sus medidas ante la pandemia.
Los italianos también pueden salir al aire libre sin mascarillas a partir del viernes y se han reportado un 30% menos de casos en la última semana. El gobierno de Italia está evaluando levantar el estado de emergencia el 31 de marzo y, junto con él, el mandato de uso de cubrebocas en interiores.
Las autoridades de España e Italia dan crédito a sus sólidas tasas de vacunación: en ambos países, un 82 % de la población ha recibido dos vacunas.
Italia ha registrado oficialmente casi 150.000 muertes relacionadas con el COVID-19 y España poco más de 95.000. AP
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