El secretario de Estado aseguró que Donald Trump es un líder dispuesto a dialogar «con quien sea», pero advirtió que tal apertura solo funciona «si del otro lado hay alguien con quien se pueda hacer un acuerdo»
En declaraciones al canal FOX News, el secretario del Departamento de Estado, Marco Rubio, aseguró hoy que el presidente Donald Trump ha hablado con Putin de Rusia, con Xi Jinping de China y con el presidente sirio; pero que en el caso de Maduro es diferente porque «este ha roto todos los acuerdos alcanzados», en referencia a las conversaciones que mantuvo en el pasado Nicolás Maduro con el expresidente Joe Biden.
Rubio señaló que cualquier esfuerzo diplomático debe centrarse en impedir que Venezuela «siga siendo un punto de apoyo para la influencia iraní y actividades contrarias a los intereses estadounidenses… Si puedes traer estabilidad al hemisferio y evitar que Venezuela sea base de esas operaciones, sería ideal», señaló.
Rubio agregó que la principal dificultad no está en la voluntad de Washington, sino en la conducta del propio Maduro. «Ese es el problema fundamental», dijo. «No significa que no debamos intentarlo, pero no puedes confiar en él».
Las declaraciones fueron ofrecidas durante un análisis sobre la situación de Venezuela e Irán y la posibilidad de cambios de régimen en ambos países.
Rubio aseguró que Maduro «rompió cada acuerdo que ha hecho» en la última década, incluidos los que negoció con la administración Biden, pero que en esta ocasión «no podrá burlarse de Donald Trump si Estados Unidos retoma conversaciones directas con Caracas».
El secretario de Estado recordó que, en las conversaciones con Biden, el Gobierno accedió a liberar a sobrinos del mandatario venezolano condenados por narcotráfico, así como a un colaborador financiero, a cambio del compromiso de celebrar elecciones libres y justas. «Maduro nunca lo hizo… se burló de Joe Biden».
Rubio aseguró que Maduro «rompió cada acuerdo que ha hecho» en la última década, pero afirmó que «no se van a burlar de Donald Trump», expresó en alusión a la firmeza que tendría una eventual negociación encabezada por el presidente.