Cartas amenazantes con balas o una navaja sacudieron la campaña para los comicios regionales del 4 de mayo en Madrid, donde la izquierda, rezagada en las encuestas, situó la batalla contra la ultraderecha en el centro de la contienda electoral.
La ministra de Turismo del gobierno del socialista Pedro Sánchez, Reyes Maroto, recibió este lunes un sobre que contenía “una navaja ensangrentada”, según reveló, en pleno mitin, la portavoz parlamentaria del Partido Socialista, Adriana Lastra.
El presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, reaccionó rápidamente: “¡Basta! No vamos a permitirlo. No vamos a dejar que el odio se apodere de la convivencia en España”, escribió en Twitter.
“Las amenazas y la violencia nunca acallarán la voz de la democracia. La libertad prevalecerá”, aseveró de su lado Reyes Maroto, quien compite en la lista socialista en las elecciones madrileñas.
La presidenta regional de la derecha, Isabel Díaz Ayuso, favorita en las elecciones, denunció la utilización política de las amenazas por parte de la izquierda y la calificó de “circo”.
Según los medios de comunicación españoles, se identificó a un enfermo mental como remitente de la carta que contenía el cuchillo.
Una portavoz de la policía confirmó a la AFP que el remitente de la carta había sido identificado, pero no quiso dar detalles.
A finales de la semana pasada, el líder del partido de izquierda radical Podemos, Pablo Iglesias, el ministro del Interior y la jefa de la Guardia Civil recibieron cartas con amenazas de muerte, que contenían balas de un fusil de asalto utilizado por el ejército español entre los sesenta y los ochenta.
“Tu mujer, tus padres y tú estáis condenados a la pena capital, tu tiempo se agota”, estaba escrito en la carta dirigida a Iglesias, quien abandonó el gobierno de España, donde ocupaba una de las vicepresidencias, para competir en las elecciones de Madrid.
Debates anulados
En un contexto de fuerte polarización política en España, las amenazas de muerte dieron un vuelco a esta campaña con implicaciones nacionales, que hasta estos momentos había estado dominada por el tema de la gestión de la pandemia.
El viernes, Iglesias, que denunció “la impunidad y el blanqueamiento mediático de la ultraderecha”, abandonó un debate en la radio cuando la candidata del partido de extrema derecha Vox, Rocío Monasterio, puso en duda la veracidad de las amenazas.
La negativa de los candidatos de izquierda a debatir con Vox produjo la anulación de ese debate y de otro previsto para el 29 de abril en la televisión pública.
El domingo, Pedro Sánchez lanzó un fuerte discurso contra Vox, buscando movilizar al votante de izquierda, al advertir de la “amenaza” que a su juicio representa la ultraderecha.
“No se trata de Madrid, se trata de nuestra democracia”, subrayó Sánchez, marcando el cambio de discurso de la campaña.
Según los últimos sondeos, los partidos de izquierda –los socialistas de Sánchez, Podemos y Más Madrid, una escisión de la izquierda radical– tienen difícil conseguir una mayoría de diputados en el Parlamento regional madrileño para desalojar del poder a la derecha, que dirige la región desde hace 25 años.
Tercera fuerza política a nivel nacional desde su irrupción en las legislativas de 2019, Vox apoya en Madrid el gobierno de la conservadora Isabel Díaz Ayuso, favorita para imponerse en estas elecciones adelantadas convocadas luego de que rompiera su alianza con los liberales de centro de Ciudadanos.
“¿Cuántas amenazas más hacen falta para que [Díaz] Ayuso deje de avalar la política del odio de la extrema derecha?”, lanzó en Twitter la candidata de Más Madrid, Mónica García, mientras que el candidato socialista, Ángel Gabilondo, pidió a la líder regional del Partido Popular (PP, derecha) “no gobernar con Vox”.
Díaz Ayuso, quien no descarta una nueva alianza con Vox para seguir al frente de Madrid, condenó este lunes la amenaza contra la ministra Maroto, al igual que hizo Vox. AFP
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