Brasil recibe a su nuevo presidente el 1 de enero de 2023. El izquierdista Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva tomará posesión en las horas de la tarde del domingo. El líder brasileño tiene enormes retos en materia económica, medioambiental e internacional.
Brasil tendrá un peculiar inicio de año. El 1 de enero de 2023 Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva se posicionará como presidente por tercera vez acabando con cuatro años del mandato ultraderechista de Jair Bolsonaro.
El gigante latinoamericano recibe un nuevo año con un radical viraje político y cargado de expectativas del Gobierno izquierdista.
‘Lula’, por su parte, se colgará la banda de presidente con 77 años frente a una población sumamente polarizada. El exsindicalista ganó las elecciones por poco más de dos millones de votos.
Un corto margen que derivó en multitudinarias protestas en las que se denunciaba un supuesto fraude electoral. Los manifestantes pidieron incluso una intervención militar ante el silencio de Bolsonaro, que tardó en aceptar la transición del poder. Así, la división del país será solo uno en la larga lista de retos.
El acto tendrá un largo dispositivo de seguridad en el que unos 15.000 agentes de todos los cuerpos de seguridad del Estado serán movilizados. Unas medidas de contingencia debido a las amenazas de grupos violentos de la extrema derecha bolsonarista.
El izquierdista tomará posesión ante representantes de al menos 120 países. Entre los asistentes se espera la presencia de múltiples presidentes latinoamericanos de los que resalta la posible llegada de Nicolás Maduro tras la eliminación de un decreto que impedía la entrada del mandatario venezolano a territorio brasileño.
El que no estará en el país será Jair Bolsonaro, quien viajó a Florida, EE. UU. Según han declarado personas de su círculo cercano, pretende permanecer varios meses en ese país. En ese sentido, no habrá espacio para la imagen del ultraderechista pasando la banda de presidente a ‘Lula’, un escena ya vivida por Donald Trump y Joe Biden.
Se prevé que la ceremonia esté cargada de simbolismo, uno que apunte a la promesa del exsindicalista de transformar el país.
El domingo se abrirá un nuevo ciclo a la larga trayectoria política del izquierdista que llegó por primera vez al poder en 2003. Esta vez, recibe un Brasil diferente en donde el hambre, la recuperación económica y el cuidado del medio ambiente serán los puntos más apremiantes.
La lucha contra la pobreza y el hambre
“Rescatar del hambre a 33 millones de personas” fue una de las principales promesas de campaña de ‘Lula’. Ahora, como presidente, uno de sus más grandes desafíos será sacar de allí a cerca del 16% de la población.
Brasil había salido del mapa de hambre de la ONU en 2014, pero el nombre del país volvió a la lista durante el mandato de Jair Bolsonaro. En dicho territorio, 125,2 millones de personas han experimentado inseguridad alimentaria.
Al lado del hambre, la pobreza. El izquierdista ha asegurado que revertirá las estadísticas que dicen que 100 millones de brasileños se encuentran en dicha situación.
Para ello, ‘Lula’ ya ha demandado mayores recursos para iniciativas como ‘Auxilio Brasil’, el nuevo programa social que busca reducir las situaciones de pobreza y de extrema pobreza. Una batalla jurídica que ya ha dado resultados para el izquierdista pero que será solo el primer paso hacia el cumplimiento de uno de sus más ambiciosos objetivos.
Los mayúsculos desafíos económicos
Una de las dudas que rodean la llegada del izquierdista al poder es cómo reaccionará la economía del país y cuáles serán las medidas que implementará ‘Lula’ para encaminarla.
En su programa de campaña prometía “estimular áreas como el consumo interno” e “invertir en servicios públicos y sociales, infraestructuras económicas y recursos naturales estratégicos”. Unas propuestas que para muchos sonaban muy generales y sin un plan de acción concreto.
Tal como mostraba AFP, “la realidad económica de Brasil dista de la bonanza de los años 2000, cuando ‘Lula’ pudo financiar sus políticas sociales surfeando el ‘boom’ de las materias primas”. Por lo que el nuevo presidente deberá adaptarse a un casi por completo nuevo panorama económico.
Una primera muestra de su voluntad por tranquilizar a los mercados del país fue la elección de su ministra de planificación, la centroderechista Simone Tenet. Un guiño a la moderación.
Otro reto urgente será hacerle frente a las cifras de desempleo en el país. A pesar de que han disminuido en los últimos meses, entre julio y septiembre 9,5 millones seguían carentes de un puesto.
Revertir la situación medioambiental tras cuatro años de bolsonarismo
Quizás las mayores expectativas a la llegada del izquierdista al poder están en el viraje medioambiental que ‘Lula’ ha promovido como una de sus grandes banderas.
«Vamos a acabar con el proceso de degradación que están viviendo nuestros bosques tropicales», aseguró en la COP27 en Egipto.
Su promesa de llevar a ceros la deforestación también tendrá grandes dificultades para reveritr los máximos históricos que alcanzó en el mandato de Bolsonaro.
Para ello, ‘Lula’ buscará promover la lucha contra la tala ilegal, para el que ya ha mostrado su voluntad de una colaboración internacional en la que se encuentren socios de la región y por fuera de ella para proteger la Amazonía.
El izquierdista ya anunció que el Ministerio de Medio Ambiente estará en manos de Marina Silva, una reconocida ecologista que ya ocupó dicha cartera en su primer mandato.
Al mismo tiempo, ‘Lula’ apostó por la creación de un Ministerio de Pueblos Indígenas dirigido por la lideresa Sônia Guajajara. Este no solo velará para darle representatividad a las comunidades originarias del país, sino que también luchará contra la minería ilegal y la deforestación en sus territorios.
El regreso de Brasil a la escena internacional
Una de las particularidades de los anteriores mandatos de ‘Lula’ fue el trabajo del presidente por hacer de Brasil un país con una importante presencia internacional. El izquierdista trabajó por una cooperación con el resto de países latinoamericanos y África.
Así, ‘Lula’ ha señalado que su predecesor “aisló” a Brasil del mundo y que buscará rehacer alianzas y cooperaciones. Uno de sus deseos es revitalizar Mercosur y Unasur.
Las expectativas son altas. Y aún más por el viraje ideológico latinoamericano. Con su llegada al Palacio del Planalto, las cinco principales economías de América Latina estarán gobernadas por la izquierda.
Un retador panorama en la escena legislativa
La afinidad ideológica que ‘Lula’ gozará en la escena internacional no será el caso en su propio país. El izquierdista tendrá un enorme reto de negociación en el Congreso.
El conservador Partido Liberal de Bolsonaro tendrá la mayor cantidad de escaños en las dos cámaras y ‘Lula’ deberá enfrentarse a una oposición probablemente más consolidada que en sus anteriores mandatos.
En diálogo con France 24, el periodista y analista brasileño, Sérgio Dalfollo había asegurado que «la primera cosa que va a tener que hacer es conversar con todos los sectores políticos y sobre todo tener mucha mucha paciencia y negociación, que no va a ser muy fácil”.
‘Lula’ tiene algunos puntos a favor que inclinan su balanza. El veterano político ha mostrado su cara más conciliadora formando una larga coalición que abarca diferentes corrientes ideológicas; una que fue clave para su elección y que deberá mantener para asegurar su gobernabilidad. EFE