El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reafirmó su compromiso con la transición energética, pero aseguró que su país continuará explotando petróleo, pues «el mundo no está preparado» aún para prescindir de los combustibles fósiles.
«Soy favorable a una transición energética, pero la realidad es que el mundo aún no está preparado» para dejar de lado el petróleo, que en el caso de Brasil, hoy uno de los grandes productores mundiales, ha aparecido en un nuevo horizonte, situado en alta mar, a 575 kilómetros de la desembocadura del Amazonas.
Esos yacimientos, situados en la zona conocida como Margen Ecuatorial, están considerados de riesgo desde el punto de vista ecológico, pues están frente a una zona del litoral sensible y rica en recursos ambientales.
Aunque Lula expresó su deseo de que «dentro de unos años no se explote más petróleo», sostuvo que los combustibles fósiles aún son necesarios e incluso son los que permitirán financiar la transición hacia un nuevo modelo de desarrollo más limpio.
Argumentó además que en la misma zona en que se ubican los yacimientos del Margen Ecuatorial ya Guyana extrae petróleo, por lo que el riesgo «está presente». Sin embargo, aseguró que la estatal brasileña Petrobras «ya ha dado demostraciones históricas de su capacidad» para explotar pozos petrolíferos en aguas profundas y garantizó, que en el caso de esos yacimientos, Brasil «no hará ninguna locura».
Lula subrayó además el compromiso de su Gobierno con la preservación del medioambiente, un asunto que ha puesto junto con el combate a la miseria y el hambre, y la reforma de la gobernanza global, entre los temas más relevantes de la presidencia brasileña del G20, que concluye en noviembre próximo. EFE