La implacable ofensiva talibán continúa su avance en Afganistán. Luego de tomarse Ghazni, los extremistas se apoderaron de Herat, la tercera ciudad más grande del país. En menos de una semana, los milicianos lograron controlar 11 de las 34 capitales regionales y ahora las preocupaciones se concentran en el posible avance hacia la capital.
La ciudad de Herat se sumó a la lista de capitales regionales tomadas por el grupo Talibán, que en menos de una semana se apoderó de más del 65% del territorio afgano.
«Lamentablemente la mayor parte de la ciudad de Herat, incluida la casa del gobernador y el cuartel de la Policía fue capturada por los talibanes», dijo a EFE Simin Barakzai, diputada en la Cámara Baja del Parlamento.
Con esta capital provincial, los talibanes suman a su botín una de las zonas más importantes para lograr el control total del país, lo que deja contra la pared al Gobierno a unas semanas del final de la misión militar estadounidense y de la OTAN.
Herat es la tercera ciudad más grande y poblada del país después de Kabul y Kandahar. Fronteriza con Irán y Turkmenistán, esta capital representa uno de los ejes comerciales más importantes de Afganistán, por lo que el control ahora no solo se centra en lo militar sino en lo económico.
Herat se convierte en la capital regional número 11 en caer bajo el poder de los fundamentalistas. Solo unas horas antes las autoridades afganas habían confirmado la pérdida de control de la estratégica ciudad de Ghazni, en el sur del país.
“Ghazni cayó ante los talibanes hoy por la mañana y las fuerzas de seguridad se retiraron de la mayor parte de la ciudad”, dijo a EFE Amanullah Kamrani, subjefe del Consejo Provincial de Ghazni este 12 de agosto.
Una vez más los talibanes están en ascenso y en un implacable avance desde que las tropas de Estados Unidos y de la OTAN anunciaron su retirada este año.
El grupo armado, que fue expulsado del poder tras la invasión de EE. UU. en 2001, ya tomó varias y vastas zonas estratégicas del país y ahora controla las capitales de 11 de las 34 provincias.
Las fuerzas gubernamentales partieron a Kabul y otras ciudades, lo que ha provocado que miles de familias huyan de la provincia con la esperanza de encontrar seguridad en la capital. Se estima que unas 400.000 personas se han tenido que desplazar por los combates y el terror que despierta el grupo fundamentalista.
La estratégica Ghazni, bajo el poder talibán
El subjefe del Consejo Provincial de Ghazni, Amanullah Kamrani, aseguró este jueves que los talibanes ingresaron a Ghazni desde varias direcciones y tomaron la mayoría de los edificios gubernamentales, incluida la casa del gobernador y la sede de la policía.
También fueron a la cárcel de la ciudad para liberar a cientos de prisioneros, incluidos algunos miembros de los talibanes.
Kamrani dijo además que los principales funcionarios provinciales abandonaron la ciudad, entre ellos, “el gobernador de Ghazni, Dawood Laghmani, y el jefe de policía provincial”.
Ghazni, ubicada a 150 kilómetros al suroeste de Kabul, es una provincia estratégica porque conecta a la capital afgana con el sureste y sur de Afganistán y es una de las principales ciudades del país a nivel político y económico.
Temor por el restablecimiento de la ley islámica
A través de Twitter, el portavoz talibán Qari Yusuf Ahmadi confirmó la captura de Ghazni en una operación, en la que aseguró, “decenas de soldados murieron y un gran número se rindió”.
Ahora, muchos temen que el rápido avance de los insurgentes continúe hacia Kabul. Según la Inteligencia de Estados Unidos, los talibanes podrían aislar la capital en cuatro semanas y posiblemente tomar el control de todo el país en 90 días.
Además de Ghazni, los talibanes capturaron las capitales de Nimroz y Farah en el oeste, Jawzjan, Samangan y Sar-e-Pol en el noroeste y Baghlan, Takhar, Badakhshan y Kunduz en el noreste de Afganistán. Todo esto en apenas siete días.
Los talibanes, que controlaron la mayor parte de Afganistán entre 1996 y 2001, ahora quieren derrocar al Gobierno respaldado por Estados Unidos y restablecer la estricta ley islámica o sharía.
El grupo surgió en 1994 como una de las facciones que luchaban durante la guerra civil y dos años después pasó a controlar la mayor parte del país. Los opositores y los países occidentales lo acusaron de aplicar brutalmente su versión de la sharía y de reprimir en especial a las mujeres y a las minorías religiosas.
Gobierno afgano habría ofrecido un reparto de poder a cambio de la paz
Ante el temor de que los insurgentes lleguen a la capital, Kabul, el Gobierno de Afganistán ofreció a los talibanes un acuerdo para repartir el poder en el país a cambio de que paren los ataques contra las principales ciudades afganas.
El anuncio de este ofrecimiento aún no es oficial. Por ahora, Najia Anwari, la portavoz de los Equipos de Negociación del Gobierno en Doha, Qatar, donde se mantienen negociaciones de paz con los talibanes, aclaró a la agencia EFE que el acuerdo potencial forma parte de la «hoja de ruta» ya existente. «No es algo completamente nuevo», afirmó Anwari.
Por su parte, los talibanes aseguran que no han recibido ninguna información sobre la posibilidad de compartir el poder en Afganistán. Uno de sus portavoces en Qatar, Naeem Wardak, subrayó a EFE que «no se ha ofrecido nada de eso».
La agencia Reuters también recoge que el portavoz Zabihullah Mujahid negó tener esa información y agregó no quieren «ser socios con la Administración de Kabul», agregó.
Con EFE y Reuters