Un nuevo cambio en el criterio para considerar infectada a una persona hizo que el número de nuevos casos confirmados de la COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus de Wuhan, marcase su mínimo desde finales de enero en China.
Según el balance ofrecido hoy por la Comisión Nacional de Sanidad, el número de muertes se sitúa en 2.118 y el de contagios, en casi 74.600.
Hasta ahora han sido dadas de alta tras superar la enfermedad más de 16.000 personas, mientras que casi 12.000 de los casos registrados son considerados graves.
La nómina de nuevos infectados cayó un 77,5 % con respecto al día anterior al sumar 394 pacientes, lo que supone el número de nuevos positivos más bajo desde hace casi un mes.
No obstante, la caída de esta cifra no se debe únicamente al éxito de las tareas de contención y prevención del virus sino también al citado cambio en el criterio para considerar contagiada a una persona.
Marcha atrás: Otro cambio de criterio
Los balances oficiales de la segunda mitad de la semana pasada generaron confusión debido al cambio de criterio para considerar infectada a una persona.
El pasado día 13, las autoridades decidieron que en la provincia de Hubei, epicentro del brote, también se añadirían a la lista de casos confirmados aquellos detectados a través de tomografías computarizadas y no solo de pruebas de ácido nucleico.
Esa decisión disparó en más de 15.000 los infectados y en 254 las muertes.
No obstante, la Comisión Nacional de Sanidad echó anoche marcha atrás y decidió volver a la situación anterior, considerando como casos confirmados únicamente a aquellos detectados a través de los citados test de ácido nucleico.
Este regreso a un criterio más estricto implica que en las próximas fechas es probable que la cifra de casos confirmados continúe cayendo.
Las últimas directrices de la Comisión reclaman que las pruebas de laboratorio se realicen de modo más preciso ante las dudas manifestadas por parte de la comunidad médica sobre la posibilidad de registrar falsos negativos, explicó hoy el diario digital privado Caixin.
Optimismo en el epicentro del brote
Aunque Hubei registró 108 muertes durante la última jornada y pese al efecto del nuevo cambio de criterio, hay una cifra que invita al optimismo: el número de nuevos contagios fue el menor desde el pasado 25 de enero.
Los 349 casos confirmados este miércoles, además, se sitúan muy por debajo del número de personas que fueron dadas de alta durante el día tras superar el COVID-19, que fue de más de 1.200.
Mi Feng, portavoz de la Comisión Nacional de Sanidad, aseguró que la reducción de nuevos casos supone que la epidemia está siendo «controlada poco a poco» en esa región centro-oriental, a la que se han enviado hasta ahora más de 32.000 trabajadores médicos desde diferentes partes del país.
No obstante, la cuarentena continúa siendo muy estricta en toda la provincia, ya que el acumulado hasta ahora allí es de 2.029 muertos y más de 62.000 infectados.
Eso sí, el optimismo en Hubei y, por extensión, en el resto de China choca con la grave situación vivida en Japón con el crucero Diamond Princess, donde murieron dos de los 621 pasajeros infectados hasta ahora del virus.
Asimismo, se conoció hoy la primera muerte relacionada con la enfermedad en Corea del Sur y las dos primeras en Irán.
La justicia también lucha contra el virus
Para ayudar a las tareas de contención del virus las autoridades parecen haber apostado por la mano dura contra aquellos que se salten las normas mientras dure la epidemia.
Hoy, el portal de noticias privado Sixth Tone se hacía eco de las condenas a cinco personas en la provincia suroriental de Cantón por delitos relacionados con el COVID-19.
Entre ellas, la de 18 meses de prisión a un hombre por escupir a la policía después de intentar subirse a un autobús sin llevar mascarilla, o la de un año de cárcel a otro que se negó a cooperar con las fuerzas del orden por no dejar de jugar a las cartas.
Más allá de las anécdotas, una persona que vendía mascarillas a precios desorbitados deberá pagar 50.000 yuanes (7.120 dólares, 6.600 euros) y pasar un año entre rejas, mientras que otra que montó una falsa fundación benéfica con la que pedía ayudas para los afectados por la epidemia estará un año en el presidio.
Esta mano dura se aplicará también, según dejó ver el Gobierno recientemente, a quienes sigan comerciando con animales salvajes, una actividad prohibida temporalmente debido a su supuesta relación con el inicio del brote.
Según reveló ayer el Tribunal Superior Popular de Cantón, una persona cumplirá un año de cárcel y pagará 5.000 yuanes (712 dólares, 660 euros) de multa tras haber comprado dos faisanes blancos de forma ilegal.
Queda por ver ahora si la indignación de buena parte de la ciudadanía del país asiático es suficiente como para que el Gobierno se decida a prohibir definitivamente la trata de animales salvajes. EFE