En plena crisis social y económica y frente al temor del hundimiento del sector bancario, los libaneses están invirtiendo cada vez más en casas, oro, coches de lujo e incluso obras de arte.
Desde octubre Líbano vive un movimiento de protesta inédito contra sus dirigentes políticos.
A ello se suma una delicada situación económica, con una deuda enorme en riesgo de default y la pérdida de confianza en el sector bancario, que llegó a ser uno de los orgullos del país.
Los problemas de liquidez han llevado a los bancos a imponer grandes restricciones para retirar divisas y hacer transferencias al extranjero.
Por eso muchos libaneses, temiendo perder sus ahorros o una devaluación de la libra, están inviertiéndolos en sectores considerados seguros.
«Nuestras ventas se triplicaron desde noviembre», dijo Karl Kenaan, un agente inmobiliario en Beirut.
En carteles en la calle o en las redes sociales, cada vez hay más campañas para incitar a invertir en el sector inmobiliario.
«La gente quiere diversificar sus inversiones para protegerse contra los riesgos que amenazan el sector bancario y la moneda nacional», apunta Kenaan.
Las restricciones bancarias se acompañan de una importante depreciación de la libra, que ya perdió más de un tercio de su valor en el mercado paralelo.
Oficialmente la tasa de cambio sigue siendo la misma. La libra está indexada con el dolar desde 1997.
Sin embargo los libaneses temen una devaluación oficial que haría caer el valor de sus ahorros y por eso invierten pagando con cheques bancarios, la única manera de evitar las restricciones en vigor.
«Algunos prefieren comprar un apartamento o un terreno en el extranjero por temor a que los precios caigan en el Líbano», explica a la AFP un experto inmobiliario que no quiso identificarse.
Signo de la pérdida de confianza, los depósitos bancarios disminuyeron en 12.000 millones de dólares en los primeros once meses de 2019, de ellos 4.800 millones solo en noviembre.
Esta tendencia se explica en parte por la drástica caída desde diciembre de las tasas de interés de los depósitos, una decisión del banco central.
– Bentley y Lamborghini –
Además del sector inmobiliario, los libaneses invierten también en materias preciosas y en productos de lujo.
Muchos compran oro, cuyo precio sigue aumentado tras haber subido un un 20% en 2019.
«Cada vez más clientes compran monedas, cadenas, brazaletes y collares de oro solo por el valor que representan», dice el responsable de una célebre joyería.
Otra opción son los coches de lujo.
Los vehículos Bentley y Lamborghini, vendidos a partir de 400.000 dólares, encuentran compradores a pesar de que «el mercado del automóvil se está hundiendo», afirmó el responsable de un concesionario que no quiso identificarse.
El arte es otro de los valores al alza, una inversión alternativa para los libaneses con más poder adquisitivo.
«Últimamente vinieron personas que nunca había visto antes», dice una galerista de Beirut que no quiso identificarse, y explica que se trata de personas con poca sensibilidad artística que se limitan a comprar «los cuadro más caros».
En un signo más de desconfianza con los bancos, algunos libaneses ponen sus ahorros en cajas fuertes, algunas de las cuales cuestan hasta 20.000 dólares.
Según las autoridades bancarias, desde septiembre se retiraron 3.000 millones de dólares de los bancos que ahora están en casas particulares.
«Nuestras ventas aumentaron en 50% durante este periodo», confirma Khalil Chehab, que tiene una empresa que venden cajas fuertes.
«La gente ya no busca rentabilidad. Solo quiere salvar su dinero, cueste lo que cueste», añade.