Los israelíes van a las urnas, con el futuro de Netanyahu en juego

Más de seis millones de israelíes votaban este martes en unas cruciales elecciones legislativas que deciden si el primer ministro Benjamin Netanyahu seguirá dominando la política israelí o llegó la hora de Benny Gantz, candidato por primera vez.

Todos los sondeos previos indicaban que el resultado será sumamente ajustado y, tras constituirse el nuevo parlamento, la formación de un nuevo gobierno dará lugar a intensas negociaciones.

La carrera por el poder se decide entre dos francos favoritos: Netanyahu, apoyado en su partido de derecha Likud, y Gantz, en representación de su partido de centro derecha Azul y Blanco.

Al expresar su voto, Gantz prometió una «nueva vía» a los israelíes.

«Estoy contento de ponerme al servicio de Israel, estoy contento de comprometerme para el bien de los ciudadanos en una nueva vía», dijo a periodistas.

Benjamin Netanyahu, que acumula 13 años en el cargo de primer ministro, busca un quinto mandato que le permitiría establecer un récord de longevidad en el poder.

Netanyahu gobierna Israel desde el 31 de marzo de 2009, es decir desde hace 10 años y ocho días. Fue jefe de gobierno por primera vez entre junio de 1996 y julio de 1999, durante tres años y 18 días.

En tanto, Gantz, de 59 años y ex paracaidista, lleva la experiencia de haber sido comandante de una unidad de fuerzas especiales y ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa.

Sin embargo, Gantz no era visto como un político hace apenas seis meses.

Sin que los dos candidatos logren exhibir diferencias significativas en sus programas de gobierno, la campaña se transformó en un plebiscito sobre la persona de Netanyahu, adorado y detestado en partes iguales pero que no deja a nadie indiferente.

Entre los primero en votar en un colegio electoral de Jerusalén estaba Ronit Kampf, profesora universitaria de 45 años.

«Bibi estuvo en el poder mucho tiempo», dijo, utilizando el apodo con el que se llama a Netanyahu.

«Habrá un gran cambio. ¿Cuál? No lo sé exactamente, pero habrá un cambio».

– Proximidad con Trump –

Para Gantz, se trata fundamentalmente de poner fin a años de divisiones y de corrupción que encarna el primer ministro saliente.

Para Netanyahu, en cambio, se trata de reiterar que nadie está mejor capacitado que él mismo para garantizar la seguridad y la prosperidad del país.

La victoria parecía asegurada cuando, en diciembre, anunció elecciones anticipadas, antes de la fecha prevista de noviembre de 2019.

La iniciativa fue interpretada como una maniobra excesiva de parte de Netanyahu, para conseguir una victoria electoral aún a pesar de las denuncias de corrupción.
En tanto, Gantz se lanzó al ruedo y construyó una sólida lista de candidatos que en los cinco primeros puestos cuenta a tres ex comandantes de las Fuerzas Armadas, un ex ministro de Finanzas y el exjefe de la central sindical nacional.

Seguidamente, ya en febrero, el fiscal general anunció la intención de inculpar formalmente a Netanyahu por corrupción, fraude y abuso de confianza.

Los últimos sondeos autorizados mostraban el viernes al Likud y al Azul y Blanco luchando codo a codo por cada voto, pero -con una previsión de 30 plazas para cada uno- ambos partidos quedan lejos de la mayoría absoluta de 61 bancas.

Así, no importa quien gane la elección ya que tendrá que negociar con otros bloques para poder gobernar.

Las proyecciones sugieren que Netanyahu tendría ventaja para formar una coalición de gobierno, pero expertos alertaron sobre los márgenes de error de los sondeos conocidos hasta ahora.

En días recientes, el Likud lanzó una feroz campaña de ataques personales a Gantz, al tiempo que Netanyahu utilizaba cada oportunidad para mencionar su proximidad con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

– ¿Quién otro? –

En efecto, para los israelíes el mandatario estadounidense ofreció a Netanyahu un espectacular «regalo» en plena campaña electoral, al reconocer la soberanía israelí sobre los Altos del Golán, anexado a Siria.

¿Quién más, en Israel, «sería capaz de obtener eso?», se preguntaba el domingo en el sitio web noticioso Artuz Sheva. «¿Quién más puede hablar con el resto del mundo? ¿Y con el Congreso estadounidense?», añadió.

El propio Netanyahu lanzó aún más gasolina a las llamas al afirmar, en desafío a un amplio consenso internacional, que estaba preparado para anexar los asentamientos israelíes en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde hace medio siglo.

Líder de un gobierno considerado el más derechista en la historia de Israel, Netanyahu parece listo para ponerse al frente de una coalición aún más radical.

El gran interrogante es estar elecciones es saber si Netanyahu será capaz de convencer a los electores a hacer oídos sordos a las sospechas y oportunismo asociados a su nombre.

Ante este cuadro, Gantz no dudó en enviar el mensaje opuesto: Israel, dijo, «debe escoger la vía de la unidad, de los lazos y de la esperanza, o una vía de extremos».

AFP