Millones de europeos escogían este domingo a sus representantes a la Eurocámara, dando el puntapié inicial al cambio de ciclo político en la Unión Europea (UE), cuando las miradas están puestas en el alcance del auge de euroescépticos y populistas.
De Italia a Hungría, pasando por Francia, los sondeos auguran un alza de las fuerzas de extrema derecha, nacionalistas o euroescépticas, tras una legislatura marcada por los coletazos de la crisis de la deuda, la migratoria y el Brexit.
«Es muy difícil saber cómo se pasarán las cosas en los 28 países. Pero imagino que algunos partidos marginales serán menos marginales esta noche», lamentó el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, después de votar.
Antes de conocerse los resultados, a partir de las 21H00 GMT, cuando los colegios electorales cierren en Italia, los primeros datos apuntan a un alza de la participación en comparación a 2014, cuando acudieron un 42,6% de los electores.
Casi un 20% de electores había votado en Francia al mediodía, 3,5 puntos más que en 2014; España, donde también se celebran elecciones locales y regionales, registró una afluencia 10 puntos mayor, cerca del 35%, a las 12H00 GMT.
En el Este de Europa, en Polonia y Hungría, dos países con gobiernos populistas y enfrentados en los últimos años a Bruselas, también había un ligero aumento de la participación hacia el mediodía al 14,93% y al 17,2%, respectivamente.
«No me gustaría que hubiera nacionalistas es el Parlamento europeo o al menos que no obtengan la mayoría», aseguró a la AFP Ryszard Dabrowski, un jubilado polaco, en un colegio electoral en Varsovia.
– Ultraderechistas en Italia y Francia –
Más de 420 millones de europeos estaban llamados a escoger por novena vez a sus eurodiputados desde el jueves, cuando votaron Reino Unido y Países Bajos. Este domingo, el voto en 21 países cierran los cuatro días de comicios.
Las miradas están puestas en los conocidos como «Seis grandes», países con más eurodiputados a escoger, como Italia y Francia, donde los partidos nacionalistas la Liga y Agrupación Nacional (AN) podrían imponerse.
Ambos aliados de ultraderecha tienen el viento de cara en los sondeos y esperan federar una gran alianza de partidos nacionalistas, euroescépticos y populistas.
«Votar la Liga el domingo significa más fuerza para cerrar puertos y controlar las fronteras no sólo en Italia sino en toda Europa», dijo días atrás su líder y hombre fuerte del gobierno italiano, el ultraderechista Matteo Salvini.
Con un aumento de 20 escaños, según los sondeos, el partido de Salvini está llamado a convertirse en el principal vencedor de los comicios, pero las fuerzas euroescépticas no lograrían superar a los proeuropeas, pese a una eventual progresión.
Actualmente, los grupos considerados como euroescépticos de derechas en la Eurocámara cuentan con alrededor el 20% de los 751 escaños y podrían progresar hasta el 25%, un número insuficiente para bloquear sus trabajos.
El resultado de los partidarios del Brexit en Reino Unido es otra de las principales incógnitas que despejar, así como si los Verdes progresan, impulsados por las protestas estudiantiles para concienciar sobre el cambio climático.
– Pistoletazo de salida –
«Además de determinar la composición del próximo Parlamento, los resultados también serán decisivos para configurar el carácter y el perfil futuros de la Unión Europea», subraya Mutjaba Rahman, analista del Eurasia Group.
Las elecciones representan de hecho la primera etapa para escoger a quienes se encargarán de liderar las principales instituciones del bloque el próximo lustro y cuya designación corresponde a los mandatarios europeos en su cumbre de junio.
La presidencia de la Comisión es la joya de la corona, aunque el tesoro de altos cargos también cuenta con las presidencias del Consejo Europeo, Banco Central Europeo (BCE) y Eurocámara, así como con el liderazgo de la diplomacia de la UE.
El Partido Popular Europeo (PPE, derecha), primera fuerza del bloque, y los socialdemócratas se han repartido en las últimas legislaturas los puestos de responsabilidad, al sumar entre ambos la mayoría de escaños en la Eurocámara.
Sin embargo, de confirmarse los sondeos, ambos están abocados a buscar pactos con otras familias políticas proeuropeas, como liberales o ecologistas, por lo que el reparto de altos cargos podría ser más complejo.
Otro de los escollos puede ser la exigencia de la Eurocámara, que debe validar la designación, de que la presidencia de la Comisión la ocupe alguno de los candidatos propuestos por los partidos políticos europeo.
Los mandatarios, que se reunirán el martes en Bruselas para abordar el reparto de altos cargos, prefieren en cambio no atarse las manos y contemplar otros candidatos, lo que podría generar un pulso entre instituciones de la UE.