Los cinco principales candidatos a las elecciones legislativas en España

Del jefe de gobierno socialista Pedro Sánchez a su opositor conservador Pablo Casado, pasando por el líder de la emergente extrema derecha Santiago Abascal, cinco son los principales candidatos que se enfrentan el domingo en las elecciones generales españolas.

PEDRO SÁNCHEZ, Partido Socialista Obrero Español (PSOE), 47 años:
Es el favorito en los sondeos aunque, en principio, requeriría de apoyos externos para gobernar.

Después de encajar uno de los peores resultados para el socialismo en las elecciones de 2016 y ser defenestrado del liderazgo por su propio partido, Sánchez retomó las riendas de su partido en 2017 y en junio de 2018 llegó al poder gracias a una moción de censura contra el conservador Mariano Rajoy, tras una sentencia por corrupción contra su partido.

Al frente de un gobierno minoritario, respaldado por una heteróclita mayoría (izquierda radical, nacionalistas vascos e independentistas catalanes), este economista convocó elecciones anticipadas cuando los separatistas, con quienes había iniciado un diálogo sin éxito, tumbaron su proyecto de presupuestos.

Con el Ejecutivo más femenino de la historia española (11 mujeres y seis hombres), Sánchez dio un golpe de efecto al abrir las puertas al buque «Aquarius» y sus 630 migrantes después de llegar al poder. Después de años de severa austeridad, también aumentó el salario mínimo un 22%.

– PABLO CASADO, Partido Popular (PP), 38 años:

En julio se convirtió en el líder más joven del Partido Popular.

Encargado de la comunicación de la formación con Mariano Rajoy, este diplomado en derecho de sonrisa mecánica ha obrado una vuelta de tuerca conservadora en el PP y selló en la región de Andalucía un pacto con Ciudadanos (centro-derecha liberal) y la extrema derecha de Vox para conquistar este histórico feudo socialista.

Si la misma alianza sumara el domingo, Casado –que ha desplegado una campaña muy agresiva contra Sánchez, acusándolo de traicionar a España dialogando con los independentistas catalanes– podría convertirse en el jefe de gobierno más joven de la historia de España.
Pero los sondeos, por ahora, le auguran una derrota.

PABLO IGLESIAS, Podemos, 40 años:

El inconformista exprofesor de ciencias políticas busca un segundo soplo después de convertirse en tercera fuerza del país en 2015 y contribuir al fin del bipartidismo junto con Ciudadanos.

Nacido al calor del movimiento antiausteridad de los «indignados», la formación de izquierda radical Podemos, que apuesta por formar una mayoría con los socialistas, está desgastada por las divisiones internas. Los sondeos le atribuyen la mitad de los escaños obtenidos en las últimas elecciones generales en 2016.

Iglesias se ha visto además debilitado por la polémica del chalet que se compró el año pasado con su pareja y número dos del partido, Irene Montero.

ALBERT RIVERA, Ciudadanos, 39 años:

Este barcelonés de centro-derecha con aspecto de joven emprendedor defiende con uñas y dientes la unidad de España ante los separatistas catalanes, así como un programa muy liberal tanto en el plano económico como en el moral.

Después de años dedicado a la política regional catalana, Rivera saltó a la escena española en 2014 y al año siguiente irrumpió como cuarta fuerza en el Congreso, apostando por superar el enfrentamiento entre izquierda y derecha.

Ahora, después de inclinar su discurso hacia la derecha, rechaza cualquier alianza con Sánchez, con quien sin embargo trató de formar gobierno en 2016.
Durante esta campaña, se ha posicionado abiertamente en favor de gobernar con el PP.

SANTIAGO ABASCAL, Vox, 43 años:

Este exmilitante del PP amenazado por el grupo armado vasco ETA en su juventud quiere ser la sorpresa de los comicios con Vox, una formación ultranacionalista, antiinmigración y antifeminista a la que los sondeos otorgan más del 10% de los votos en un país donde la extrema derecha era residual.

Desconocido hasta hace pocos meses, Abascal, caracterizado por una barba impecablemente recortada y una mirada penetrante, se benefició de su hostil discurso contra el separatismo catalán.

Aunque fustiga los medios clásicos y se sirve principalmente de las redes sociales para desplegar su campaña, consigue marcar la agenda mediática a golpe de polémicas proposiciones, como la liberalización de la tenencia de armas.

AFP