Los “chalecos amarillos” más determinados, no satisfechos con las concesiones del gobierno, empezaron a manifestarse en toda Francia este sábado, por sexta semana consecutiva, aunque la movilización perdía fuerza.
AFP
Una de las mayores protestas se espera que sea frente al Castillo de Versalles, situado a unos 20 km al sudoeste de París y visitado cada año por millones de turistas. Según el prefecto del departamento de Yvelines, Jean-Jacques Brot, podrían concentrarse “varios cientos” o incluso “un millar” de manifestantes para reclamar sus reivindicaciones, por lo que ordenó cerrar el recinto.
Pero el sábado por la mañana, solo se veían varios camiones de las fuerzas de seguridad. “Esperemos que no nos veamos afectados por esta nueva jornada de acción. Nosotros trabajamos, no podemos dejar de vivir”, criticó un carnicero, en referencia a los actos vandálicos contra los comercios de París de los anteriores sábados.
Hacia las 08H30, la situación era más bien tranquila en la capital, con la presencia discreta de las fuerzas de seguridad. En los Campos Elíseos, epicentro de las manifestaciones, los cafés y restaurantes colocaban sus terrazas y casi todas las tiendas mostraban sus escaparates.
Si la semana pasada, a esa misma hora, ya había varias decenas de manifestantes congregados en la famosa avenida, este sábado solo había un pequeño grupo de “chalecos amarillos”. Entre ellos, David Delbruyère, de 48 años, procedente de Maroilles, en el norte.
Es la quinta vez que va a París para manifestarse. Este camionero dice ganarse “normalmente” su vida pero se moviliza por sus dos hijos y sus padres enfermos.
Según él, la única medida que podría frenar el movimiento es el Referéndum de Iniciativa Ciudadana, una de las reivindicaciones de los “chalecos amarillos” y que el gobierno prometió estudiar.
– Una décima víctima mortal –
La policía pidió a los comercios parisinos “mantenerse vigilantes”, en una jornada que para muchos es clave por las compras de Navidad.
“Se establecerá un dispositivo de seguridad proporcionado y adaptado” que privilegia la “movilidad y la reactividad”, afirmó por su parte el ministerio del Interior, que no precisó la cantidad de fuerzas movilizadas.
La semana pasada se desplegaron unos 69.000 miembros de las fuerzas del orden, 8.000 de ellos en París, apoyados por vehículos blindados de la gendarmería.
Estos últimos volverán a ser movilizados el sábado, indicó el ministerio del Interior. En lugares como las ciudades de Toulouse (sur) y Burdeos (sudoeste) y el departamento de Bocas del Ródano (sur) estarán “posicionados”, mientras que en París estarán “en alerta”.
También se prevén manifestaciones en Lyon, Toulouse, Orleans y Bretaña. En el departamento de Gironda (sudoeste), una fuente del movimiento explicó a la AFP que algunos “chalecos amarillos” prevén “acciones económicas”, como el bloqueo de centros comerciales este último sábado antes de Navidad.
La incógnita de este sábado es sobre todo la participación. Pues después del pico del 17 de noviembre, con 282.000 manifestantes censados, la movilización no deja de caer. El 24 de noviembre hubo 166.000 manifestantes; el 1 y 8 de diciembre, 136.000; y la semana pasada fueron 66.000 “chalecos amarillos”.
Cientos de rotondas bloqueadas por los manifestantes fueron desmanteladas por las fuerzas de seguridad. El gobierno exige el cese de las protestas que ya han provocado 10 muertos, la mayoría en accidentes de tráfico.
El viernes por la noche se produjo una décima víctima, cuando un automovilista chocó contra un camión que había sido detenido en un punto de bloqueo a la entrada de una autopista cerca de Perpiñán, en el sur, según fuentes oficiales.
El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció la semana pasada una serie de medidas para atajar la crisis de los “chalecos amarillos”, algunas de las cuales fueron aprobadas el viernes por el Parlamento.
Entre estas medidas figura la anulación de un nuevo impuesto para los jubilados con pequeñas pensiones, la exención de impuestos y contribuciones sociales a las horas extraordinarias y la posibilidad de una “prima excepcional” de 1.000 euros libre de impuestos para los trabajadores que cobren menos de 3.600 euros.