Cinco personas fueron asesinadas, entre ellas un concejal y un cantante de música popular, en dos hechos distintos entre la noche del viernes y el sábado en una región conflictiva del suroeste de Colombia, informaron las autoridades.
En la tarde del sábado, el concejal Jhon Fredy Gil fue baleado en Jamundí, una población del departamento del Valle del Cauca.
“Este es un hecho cobarde que atenta contra la democracia y nuestras instituciones”, informó la alcaldía del municipio en la red social X.
El político de izquierda, perteneciente al partido indígena MAIS, recibió una docena de disparos cuando estaba en un restaurante, según medios locales. Antes de ser concejal, Gil fue vocero de una agrupación de campesinos cultivadores de hoja de coca, marihuana y amapola.
La gobernadora de Valle del Cauca, Dilian Toro, aseguró que tres concejales han sido asesinados allí este año y pidió medidas de protección para la alcaldesa de Jamundí, quien ha recibido amenazas de muerte.
Asimismo, Martha Peralta, senadora por el Pacto Histórico, lamentó los hechos.
“Como presidenta del partido MAIS, rechazo profundamente lo sucedido en Valle del Cauca. Colombia no puede seguir sumida en la violencia, el pueblo no puede seguir desangrándose como consecuencia de la violencia intraestatal. Es urgente que los entes encargados den con el responsable y hagan justicia”, dijo la parlamentaria en su cuenta en X.
Atacado a tiros
Por su parte, el músico Sebastián Muñoz falleció junto a su DJ cuando fueron atacados a tiros en el municipio de Corinto, en el departamento del Cauca. En los mismos hechos, murieron otras dos personas, precisó Miller Hurtado, secretario departamental de Seguridad, a Caracol Televisión.
Las autoridades iniciaron una investigación por los asesinatos. Muñoz estaba en el lugar contratado para dar un concierto privado, según una publicación en Instagram de su equipo de trabajo.
Cauca y Valle del Cauca son departamentos conflictivos de Colombia, un país aún inmerso en un conflicto armado pese al acuerdo de paz de 2016 con la guerrilla FARC.
Allí operan disidencias de esa organización que continúan traficando cocaína, así como otros grupos del narcotráfico.