El Gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, busca acabar con la prohibición de estupefacientes en el país, ante los escasos resultados que ha dado esa política en materia de seguridad y salud pública.
La propuesta fue planteada en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 por la administración de López Obrador, donde se exponen los argumentos para acabar con la prohibición de drogas. Según el documento enviado al Congreso, la estrategia es «insostenible», además, porque en la mayoría de los países donde ha sido aplicada «no se ha traducido en una reducción del consumo».
«Peor aún, el modelo prohibicionista criminaliza de manera inevitable a los consumidores y reduce sus probabilidades de reinserción social y rehabilitación», agrega el documento. El texto señala también que la llamada ‘guerra contra el narcotráfico’, iniciada en 2006, convirtió un problema de salud pública en una crisis de seguridad.
Por ello, señala el documento, la alternativa es que «el Estado renuncie a la pretensión de combatir las adicciones mediante la prohibición de las sustancias que las generan, y se dedique a mantener bajo control las de quienes ya las padecen mediante un seguimiento clínico y el suministro de dosis con prescripción».
En un segundo paso, el Estado buscará ofrecer tratamientos de desintoxicación personalizados y bajo supervisión médica a las personas con adicción. La propuesta explica que esta iniciativa debe procurarse de manera negociada, tanto en la relación bilateral con EE.UU., como en el ámbito multilateral, en el seno de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Sin embargo, el documento no especifica qué tipo de drogas serán admitidas por la regulación.