La policía de Ecuador ha confirmado este martes el hallazgo de un cuerpo que corresponde a Manuel Tundidor, el estudiante gaditano que desapareció en Ecuador el viernes pasado mientras se bañaba en un río de la zona amazónica ecuatoriana. Según el coronel Fausto Buenaño, coordinador de las tareas de búsqueda que se han realizado durante cuatro días, un amigo del joven de 31 años llamado Francisco ha identificado el cadáver del universitario. “Por su rostro, se ve claramente que es la misma persona de las fotografías”, ha ratificado a EL PAÍS el alto mando policial.
El cuerpo de Tundidor se encuentra en la morgue a la espera de que se le practique la autopsia para conocer la causa exacta de la muerte, aunque según Buenaño, presenta numerosos moratones que son propios del arrastre del río. La causa más probable que se maneja, prácticamente desde el viernes pasado cuando despareció, es el ahogamiento. “Los propios amigos del joven nos indicaron que la corriente del río se llevó a Manuel Tundidor y que se hundió, después de ver su cabeza resurgir del agua en dos o tres ocasiones”, dijo el coronel el lunes a este periódico. En esa parte del río Jatunyacu en la que desapareció se forman remolinos y fuertes corrientes hasta que desembocan en masas de agua más amplias que ahondan en la Amazonía ecuatoriana.
El Ministerio de Exteriores y el de Interior ha confirmado el hallazgo del cadáver. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se ha puesto en contacto con Josep Borrell, responsable de Exteriores, para que se puedan agilizar en lo posible los trámites necesarios para la repatriación del cuerpo. Fuentes cercanas a Interior han querido resaltar “la implicación del Gobierno ecuatoriano que no ha escatimado medios” para localizar al joven.
El helicóptero de la policía ecuatoriana ha sido el que ha encontrado el cadáver hacia las 14.30 hora local (21.30 en España) cerca de la comunidad de Venecia, a un kilómetro del sector Misahuallí. Esa zona se encuentra a unos 35 kilómetros del punto en el que desapareció. Tras localizar el cuerpo, el equipo del helicóptero ha contactado con el personal policial del GOE (Grupo de Operaciones Especiales) que se movilizaba en bote por esa misma zona. Ahora, explica el coronel Buenaño, se está a la espera de los familiares del estudiante gaditano para que inicien los trámites formales correspondientes.
Hasta la región ecuatoriana en la que desapareció el joven se trasladaron el pasado lunes dos tías del joven que han seguido el dispositivo de búsqueda. Ambas han estado acompañadas tanto por el vicecónsul español en Ecuador, como por un responsable de la Universidad de Granada —donde estudiaba el joven Enfermería en el campus de la ciudad autónoma de Ceuta— que se trasladó con ellas hasta Ecuador. La madre y la hermana del joven, con las que convivía, se quedaron en Trebujena, su pueblo natal.
Tanto la familia de Tundidor como el alcalde de Trebujena, Jorge Rodríguez, tenían programados para mañana a las 17.00 horas una reunión en el Ministerio de Asuntos Exteriores para conocer las novedades en el dispositivo de búsqueda y hacer llegar al Ministerio sus demandas. Desde el entorno de Tundidor solicitaban la implicación de medios españoles que se trasladasen hasta Ecuador para colaborar en el dispositivo de búsqueda.
«Lamentamos el accidente que terminó con la vida de Manuel. He hablado con Valentina, su tía, y me ha expresado su agradecimiento con las autoridades y el pueblo de Ecuador por el esfuerzo en la búsqueda y la solidaridad que ha sentido en medio de esta tragedia», ha asegurado la ministra de Interior ecuatoriana, María Paula Romo.
Romo ya había explicado el domingo pasado que Tundidor y sus amigos estaban bañándose en el río Jatunyacu el viernes por la noche cuando ocurrió el incidente. Llevaba una semana en Ecuador, donde realizaba prácticas de Enfermería.
Los trabajos de búsqueda no se pudieron iniciar inmediatamente por la oscuridad y por la lluvia de ese día. El coronel Buenaño precisó, además, que el grupo de españoles se encontraba en una zona sin cobertura telefónica -como es habitual en ese tipo de puntos turísticos en medio de la naturaleza- por lo que tuvieron que desplazarse y salir de allí antes de poder dar el aviso a las autoridades. «La zona en la que se estaban bañando no es exactamente en la Laguna Azul, un punto turístico donde el agua que baja del río forma cascadas y una piscina natural. Habían salido de ese entorno y estaban en el río, saltando desde las piedras. Es un río muy correntoso y con mucho caudal”, indica el coronel que coordina la búsqueda. «Estas cosas ocurren a veces por desconocimiento del peligro», concluye.