El juicio del gurú de autoayuda estadounidense Keith Raniere, acusado de liderar una secta con esclavas sexuales, comenzó este martes en Nueva York, donde se aguarda el testimonio de varias mujeres que le ayudaron a administrarla, reseñó AFP.
Inicialmente seis personas debían ser sometidas a juicio, pero finalmente Raniere, de 58 años, el único acusado que se declara inocente, llegó solo con sus abogados a la corte federal de Brooklyn para su proceso, que durará unas seis semanas.
Las otras cinco personas –todas mujeres con puestos de responsabilidad en varias organizaciones lideradas por Raniere, incluida la actriz estadounidense Allison Mack, de «Smallville» y la rica heredera canadiense Clare Bronfman– se declararon culpables, evitando así ser juzgadas.
Rainiere era el líder de Nxivm (se pronuncia Nexium), una supuesta organización de autoayuda que según los fiscales extorsionaba a sus seguidores y le permitía explotar sexualmente a las mujeres.
Más de 16.000 personas en las últimas dos décadas han asistido en 30 países a los talleres de Raniere, que prometía «poner al día su potencial humano» y cobraba 5.000 dólares por un curso de cinco días.
Los participantes con frecuencia quedaban endeudados y debían trabajar para la organización para saldar sus deudas.
La cadena HBO anunció que ya comenzó a producir un documental sobre la historia.
– Marcadas a fuego –
Dentro de Nxivm, aseguran los fiscales, hubo desde el inicio un círculo de 15 a 20 mujeres que obedecían sus deseos sexuales. Una de ellas habría tenido apenas 15 años, según la acusación.
Como en muchas sectas, todo dependía de la poderosa influencia psicológica del gurú, que usaba una mezcla de enseñanzas seudofilosóficas, una fuerte vigilancia sobre sus aprendices y la humillación para imponer su control.
Establecida en Albany, la capital del estado de Nueva York, la organización tenía centros en varias ciudades de Estados Unidos, México –donde el socio de Raniere era Emiliano Salinas, hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) –, Canadá y otros países.
Raniere, conocido también como «Grandmaster» o «Vanguard», es un hombre carismático que solía llevar largo cabello lacio, barba y gafas redondas, y exigía que las mujeres siguieran una dieta extremadamente baja en calorías, porque las prefería delgadas.
El martes, en la corte, lució el cabello más corto y se había rasurado la barba. Parecía distendido, sonreía y tomaba notas.
En 2015 Raniere creó una organización secreta piramidal dentro del grupo conocida como DOS, que incluía a «esclavas» y «maestros». Todos los miembros eran mujeres excepto Raniere, al tope de la pirámide.
Una de las tareas de las «esclavas» era tener sexo con Raniere.
Antes de ser aceptadas como «esclavas» las mujeres debían entregar fotos suyas comprometedoras, algunas de ellas desnudas, cartas y otros documentos que la organización podía publicar si dejaban DOS.
Algunas fueron marcadas a fuego vivo con un lápiz cauterizador con las iniciales de Raniere. Las víctimas eran inmovilizadas por otras mujeres y las sesiones eran filmadas en ceremonias.
– ¿»Un depredador» o un hombre de «buena fe»? –
Para la acusación, Raniere pretendía que «era un mentor, cuando en realidad era un depredador», dijo la fiscal Tanya Hajjar en sus alegatos iniciales. «Esto es crimen organizado y Raniere era el jefe», añadió.
Tras la defección de varios miembros y la publicación de un artículo en el diario The New York Times que expuso las actividades de la organización, Raniere huyó a México en octubre de 2017. Fue arrestado en marzo de 2018 en una lujosa villa en el balneario de Puerto Vallarta.
Raniere enfrenta cargos de tráfico sexual, extorsión, amenazas, corrupción de menores y conspiración para delinquir. Si es hallado culpable podría pasar el resto de su vida en la cárcel.
La fiscal dio a entender que las cinco mujeres acusadas que se declararon culpables podrían atestiguar en su contra durante el juicio.
El principal abogado de Raniere, Marc Agnifilo, pidió al jurado concentrarse en las motivaciones de su cliente, no en sus métodos.
«El verdadero tema no es el control» que ejercía sobre los miembros de Nxivm o de DOS, según el abogado, sino «la intención».
«Defenderé sus intenciones (…), su buena fe, hasta mi último suspiro en este tribunal», afirmó.
Al final de la mañana, un primer testigo fue llamado a la sala: una inglesa treintañera que fue presentada solo por su primer nombre, Sylvie. Contará al jurado detalles de los 13 años que pasó en el seno de Nxivm, donde era instructora.