La policía de Lagos anunció este lunes haber rescatado a 19 jóvenes embarazadas, de entre 15 y 28 años, en una «fábrica de bebés» para ser vendidos en Nigeria, un país donde actúan importantes redes de tráfico de seres humanos.
«Fuimos informados de las actividades de ciertos individuos que retenían a mujeres embarazadas y bebés para venderlos después del parto», declaró a la AFP el portavoz de la policía del estado de Lagos, Bala Elkana.
«Tras investigarlo, pudimos rescatar a 19 mujeres embarazadas (de entre 15 y 28 años) y a cuatro bebés», precisó.
«Algunas de ellas fueron engañadas, pensaban que venían a Lagos para encontrar un trabajo y se vieron atrapadas», dijo. Otras, sin embargo, «sabían perfectamente lo que venían a hacer» y esperaban ganar dinero, agregó.
La operación policial, efectuada el 19 de septiembre, se llevó a cabo en cuatro lugares diferentes, tres casas residenciales y un hotel en Isheri Osun, en las afueras de la capital económica donde viven 20 millones de personas.
El portavoz de la policía afirmó que dos sospechosos ya fueron detenidos y que se buscaba a un tercero, que logró escapar.
Los bebés eran vendidos por 300.000 nairas (760 euros, 820 dólares) si eran niñas y por 500.000 (1.265 euros, 1.370 dólares) si eran varones, agregó el portavoz.
«Todavía no hemos establecido a quién ni con qué objetivo eran vendidos» los recién nacidos, dijo Elkana.
El tráfico de seres humanos, que incluye la venta de niños, es el tercer crimen más cometido en Nigeria, después del fraude y del tráfico de drogas, según Naciones Unidas.
Aunque Nigeria es el mayor productor de petróleo de África, la pobreza golpea con fuerza el país, y la mayoría de la población de 190 millones de personas vive con menos de dos dólares por día.
El tráfico de seres humanos está especialmente implantado en el sureste del país, donde han sido descubiertas varias maternidades ilegales en estos últimos años.
En algunos casos, mujeres jóvenes acudían a estos centros para huir de las críticas por embarazos fuera del matrimonio. Estas mujeres recibían una parte del dinero obtenido con la venta de su bebé.
También hubo casos de mujeres que fueron secuestradas por los traficantes de seres humanos, quienes las obligaban a quedarse embarazadas.
Las personas que compran estos recién nacidos suelen ser parejas con recursos que no pueden tener hijos.