Ante la serie de disturbios registrados el fin de semana en medio de las protestas contra el toque de queda en varias ciudades neerlandesas, en las cuales más de 300 manifestantes fueron detenidos, el primer ministro, Mark Rutte, condenó los hechos que calificó como actos de «violencia criminal».
Desde Ámsterdam hasta La Haya, las principales ciudades de Países Bajos vivieron un convulso fin de semana por cuenta de las protestas registradas en contra del toque de queda decretado ante el aumento sostenido de los casos de Covid-19.
Aquella suerte de batalla campal que vivió la nación europea en las últimas horas generó un clima de tensión nacional a raíz de los saqueos, disturbios y más de 300 detenciones de manifestantes por parte de la fuerza pública para intentar contener las movilizaciones que iniciaron el sábado 23 de enero.
A pesar de que el Gobierno neerlandés reportó que la situación fue controlada tanto en las ciudades centrales como en Arnhem, Oosterhout, Breda y Helmond, decenas de agentes antidisturbios siguen desplegados para evitar la repetición de los hechos que el primer ministro, Mark Rutte, calificó como actos de «violencia criminal».
“Estamos luchando contra el virus para recuperar nuestra libertad. El toque de queda sigue siendo necesario. No estamos aplicando estas medidas por diversión. Es el virus el que nos quita la libertad”, aseguró Rutte.
Lo dicho por el alto funcionario da cuenta de que el 99 % de los neerlandeses «se adhiere al toque de queda» que está vigente desde hace dos días y que la mayoría repudia los disturbios.
La convocatoria de las movilizaciones fue realizada a través de redes sociales por grupos de jóvenes que rechazan las medidas sanitarias de la Administración y se llevaron a cabo bloqueos pese a que las autoridades habían advertido que quienes fueran sorprendidos en la calle sin razones de fuerza mayor serían sancionados.
En medio de los choques con los agentes, algunos manifestantes lanzaron petardos en la provincia de Tilburg, donde la Alcaldía decretó el estado de Emergencia Municipal.
Entre tanto, varios establecimientos comerciales de la ciudad de Eindhoven fueron saqueados, tanto tiendas de alimentos como locales que permanecían cerrados en cumplimiento de las órdenes gubernamentales.
Frente a este panorama Koen Simmers, el director del sindicato de la Policía neerlandesa, reconoció que entre los oficiales persiste el temor de que las protestas intensifiquen su fuerza y se presenten disturbios todavía más violentos dado que, a su juicio, la fuerza pública no está preparada para enfrentarlos.
Sin disturbios así desde hace 40 años
Y es que hechos similares no se registraban en el país desde hace más de cuatro décadas, por lo que tanto los gobiernos locales como distintos grupos sociales han instado a los manifestantes a respetar las medidas y mantener la calma ya que estas fueron ordenadas para disminuir la curva de contagios por coronavirus, y no por un simple capricho.
Desde el inicio de la crisis sanitaria, en febrero de 2020, las autoridades han reportado la detección de 966.170 contagios y 13.685 muertes a causa de la enfermedad que mantiene en alerta al país que, conforme a lo declarado por el primer ministro, mantendrá vigentes las medidas declaradas al menos hasta el 9 de febrero.
A fin de identificar a los promotores de los ataques contra policías y comercios, John Jorritsma, el alcalde de Eindhoven, pidió a los ciudadanos que reporten la información que tengan incluso de manera anónima y reconoció que teme por la intensificación de las tensiones.