Las expectativas sobre el norovirus en 2025 y los efectos que podría causar en EEUU

El norovirus, conocido por su alta contagiosidad e impacto en la salud gastrointestinal, ha mostrado un comportamiento inesperado en la última temporada.

Históricamente, los brotes de este virus aumentaban en diciembre, pero en 2024 se adelantaron a octubre, coincidiendo con la aparición de una nueva variante, la GII.17.

Este cambio ha generado preocupación entre los expertos, quienes advierten que la estacionalidad del norovirus podría estar alterándose de manera significativa.

La variante GII.17 ha desplazado a la cepa GII.4, que hasta ahora había sido la dominante en los brotes de norovirus en Estados Unidos.

Según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por siglas en inglés), esta nueva cepa ha estado presente en más del 75 % de los casos registrados entre septiembre de 2024 y abril de 2025.

Este fenómeno no es exclusivo de EEUU, en Inglaterra y Japón, la GII.17 ha provocado aumentos significativos en el número de infecciones, lo que sugiere un patrón global de expansión.

Los investigadores han señalado que la evolución del norovirus es difícil de predecir, pero la predominancia de GII.17 podría tener implicaciones en la inmunidad poblacional.

Las variantes del virus suelen generar brotes más intensos cuando logran evadir las defensas adquiridas por exposiciones previas. Esto plantea interrogantes sobre la posibilidad de que los brotes sigan ocurriendo antes de lo habitual en los próximos años, afectando la planificación de medidas de prevención y respuesta sanitaria.

A pesar de la creciente presencia de GII.17, la cepa GII.4 no ha desaparecido y sigue activa en diversas regiones.

Los expertos no descartan que GII.4 pueda retomar su papel dominante, lo que podría restablecer los patrones estacionales previos del norovirus.

Sin embargo, la vigilancia epidemiológica será clave para determinar si la nueva variante continuará alterando el calendario de brotes y si se requieren ajustes en las estrategias de control.

SÍNTOMAS

Entre los síntomas más comunes de esta infección gastrointestinal se encuentran las náuseas, el vómito, la diarrea líquida y el dolor en el abdomen.

En algunos casos también pueden presentarse fiebre leve, cefalea y sensación de malestar general. De acuerdo con los CDC, los signos suelen manifestarse entre 12 y 48 horas después del contagio y, por lo general, desaparecen en un periodo de uno a tres días.