La creación de un «Plan Marshall» europeo para superar la profunda recesión que provocará la pandemia viral, protagonizará el jueves la cumbre de líderes de la Unión Europea (UE), quienes deberán superar sus diferencias para relanzar sus economías.
«La UE necesita un esfuerzo de inversión similar al Plan Marshall para impulsar la recuperación y modernizar la economía», reza una hoja de ruta de los presidentes de la Comisión y el Consejo Europeos, Ursula von der Leyen y Charles Michel.
Sin embargo, pese a las varias propuestas de los países de la UE, el resultado de la cumbre por videoconferencia podría limitarse a encargar a la Comisión que presente en una semana un plan de recuperación con el futuro presupuesto del bloque como pilar central.
«Nadie debería tener expectativas exageradas para esta reunión», advirtió un diplomático europeo. Para el Elíseo, «no se avanzará» ni en el presupuesto común ni en el fondo de recuperación «sin una reunión física» de los mandatarios, posiblemente «en junio».
La comparación con el plan de Estados Unidos para reconstruir la Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial no es baladí, máxime cuando el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte de la mayor recesión desde la Gran Depresión de los años 30.
El Producto Interior Bruto (PIB) de los 19 países del euro en su conjunto se contraerá un 7,5% en 2020, según el FMI, que anticipa duras caídas en las primeras economías europeas: Alemania (-7%), Francia (-7,2%), Italia (-9,1%) y España (-8,0%).
Para superar la crisis, el consenso parece pasar por crear un fondo de recuperación, pero los detalles sobre su monto, su financiación o su eventual vinculación al futuro Marco Financiero Plurianual (MFP) 2021-2027, en negociación, quedan por fijar.
Sobre el monto, París, Madrid y miembros de la Comisión Europea abogan al menos por un billón de euros. Y, para financiarlos, sobre la mesa hay propuestas que van desde la emisión de deuda, nuevos impuestos europeos o un futuro MFP mayor en los primeros años.
«El presupuesto europeo será la nave nodriza de la recuperación», estimó el pasado jueves Von der Leyen, cuya apuesta por lograr una Europa poscoronavirus más «ecológica» a través de su Pacto Verde choca con el rechazo de países como República Checa.
– El papa pide «unidad» –
Las discusiones se producen en un momento en que millones de personas siguen confinadas en Europa, con comercios cerrados y sectores económicos al ralentí por la pandemia, que ha dejado más de 110.000 muertos en Europa por más de 1.200.000 contagios confirmados.
Italia, España y Francia, los países de la UE más afectados con más de 20.000 decesos cada uno, urgen a sus socios a emitir deuda común, mediante diferentes opciones, para la recuperación económica, pero que chocan con las tradicionales reticencias en el Norte.
Países como Alemania y Países Bajos, menos castigados por la COVID-19 y con balanzas públicas más saneadas, se oponen a cualquier mutualización de deuda, al estimar que sus vecinos del Sur no fueron tan rigurosos en materia fiscal en tiempos de bonanza.
«En el Sur, piensan que algunos países que son más fuertes económicamente ahora usarán esta crisis para fortalecerse. A su vez, en el Norte piensan que el Sur la utilizará para cargar sobre sus hombros la deuda del pasado», resume un funcionario de la UE.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, el país más duro en el rechazo a aceptar ayudas a cambio de reformas estructurales como en un plan de rescate tradicional, ya advirtió que rechazará un «compromiso a la baja». «O todos ganamos o todos perdemos».
Estas diferencias ya aparecieron durante los debates previos sobre las medidas urgentes para sostener los sistemas de salud, las empresas y los trabajadores durante la crisis, que se saldaron con las promesas de movilización de medio billón de euros.
El miércoles, los mandatarios recibieron el apoyo del papa Francisco quien pidió en su oración matutina que Europa logre «la unidad fraterna que soñaron los padres fundadores de la UE». «Solo unidos… podemos superar los desafíos mundiales», agregó. AFP