Joshua Coleman Wooters, de 19 años, y Emily Jane Dickinson, de 20, fueron arrestados en Pensilvania tras ser acusados de homicidio criminal, conspiración y abuso de un cadáver, entre otros cargos, por la muerte de su bebé recién nacido en marzo de 2024. La tragedia se desató en McConnellsburg Borough cuando, según informes policiales, el niño fue dejado desangrarse y luego arrojado por una ventana.
La Policía Estatal de Pensilvania respondió a una llamada el 11 de marzo a las 8:45 a.m., tras el descubrimiento de un bebé muerto cerca de la intersección de Lincoln Way y North 2nd Street, según Law&Crime.
Los agentes hallaron al recién nacido a unos 20 pies de la intersección junto a un colchón ensangrentado, una placenta y varios artículos desechables en una bolsa de basura. El bebé fue declarado muerto en el lugar, reseña El Diario de Nueva York.
Según el reporte del forense del condado de Fulton, el niño había nacido menos de 24 horas antes y tenía una gestación de aproximadamente 36 o 37 semanas. La autopsia reveló que la causa de la muerte fue desangramiento del muñón umbilical.
Durante la investigación, un oficial entrevistó a Wooters en su apartamento, ubicado cerca del lugar donde fue encontrado el bebé. Wooters inicialmente negó cualquier conocimiento del recién nacido, incluso alegando ser virgen, informó WHP, afiliada de CBS en Harrisburg.
No obstante, la policía encontró sangre en el dormitorio y el baño del apartamento de la pareja, lo que llevó a una nueva serie de interrogatorios.
Confiesan el crimen
El 3 de abril, tras la ejecución de una orden de allanamiento, Wooters finalmente confesó que el bebé era suyo y de Dickinson. Relató que Dickinson, al cortar el cordón umbilical con un cuchillo de cocina sin sujetarlo adecuadamente, arrojó al niño por la ventana del baño al concreto.
Wooters dijo que su reacción inicial al evento traumático fue mentir, y agregó que no se sentía preparado para ser padre a su edad, según WHTM. El padre del niño dijo que después de ver al bebé arrojado por la ventana, le gritó a Dickinson: “¿Qué diablos hiciste?”. No obstante, ninguno llamó al 911.
En una entrevista posterior el 11 de abril, Dickinson admitió haber dado a luz en casa y aseguró que creía que el bebé había muerto inmediatamente después de cortar el cordón.
Sin embargo, mencionó que debido a la pérdida de sangre, estaba alucinando y pensó que el niño aún se movía y lloraba. Dickinson dijo no tener noción del tiempo y que no pensaba con claridad, pero recordó haber lanzado al bebé y la placenta por la ventana.
Con información de El Diario de Nueva York