En Portugal se vendían más de 20.000 inmuebles al mes. La pandemia ha frenado el auge del sector, que está prácticamente paralizado, pero afronta la crisis con esperanza y la vista puesta en el próximo año.
En el centro de Lisboa es imposible pasear sin toparse con una inmobiliaria, pero ahora los anuncios de venta de pisos están olvidados en escaparates con las luces apagadas a la espera de que estos establecimientos reabran sus puertas y el mercado se reactive.
«Casi el 98 % de las inmobiliarias están completamente paradas», asegura a EFE el presidente de la Asociación de Mediadores Inmobiliarios (APEMIP) lusa, Luís Lima, que explica que a pesar de los intentos de algunas de mantener cierta actividad con visitas virtuales y otros recursos tecnológicos, sin presencia física «no se hace negocio».
En Portugal la pandemia no ha golpeado tan fuerte como en otros vecinos del sur de Europa, pero a mediados de marzo se empezaron a aplicar medidas que restringieron la actividad económica en un país que vive bajo el estado de emergencia.
Las cifras de marzo ya muestran un impacto del virus, con una desaceleración de la subida de precios -en la vivienda aumentaron un 0,4 %, por debajo del 1,8 % de febrero, según el portal especializado Confidencial Inmobiliario-, pero el golpe se espera a partir de abril.
«En marzo, los valores de los inmuebles se mantuvieron estables y sólo anticipamos caídas de precio por parte de familias e inversores con urgencia en vender para tener liquidez inmediata», relata a EFE el consejero delegado de Century 21 para España y Portugal, Ricardo Sousa, que prevé una «reducción importante» de las operaciones en el segundo y el tercer trimestre.
Mazazo al turismo y la inversión extranjera
A este retroceso contribuirá la caída del turismo y de los compradores extranjeros, que fueron dos de los responsables de la frenética venta de inmuebles en suelo luso.
«En países tradicionalmente inversores en el inmobiliario en Portugal, como Francia, Brasil o Estados Unidos, la primera decisión de la gente en los próximos meses no será viajar ni mucho menos adquirir una casa en el extranjero», admite el presidente de la asociación de mediadores.
En ciudades como Lisboa u Oporto han florecido en los últimos años edificios y apartamentos dedicados al alquiler turístico que ahora se han quedado vacíos: la facturación de Airbnb cayó un 29 % en la capital lusa en marzo y un 15 % la de Invicta.
A nivel de las grandes promotoras inmobiliarias hay más confianza en que el interés de los inversores extranjeros se recupere relativamente rápido tras la pandemia.
«En el medio o largo plazo vamos a conseguir recuperarnos con cierta rapidez. Hablamos con inversores que nos relatan que mantienen totalmente su interés por Portugal. Se siguen cerrando negocios con grandes fondos internacionales», cuenta a EFE el vicepresidente de la Asociación Portuguesa de Promotores e Inversores Inmobiliarios (APPII), Hugo Santos Ferreira.
Santos Ferreira apunta que las promotoras tienen su tesorería preparada para aguantar unos meses de parón y retomar el negocio después, pero en el segmento de las inmobiliarias estiman que el impacto será más duro.
«Un mes parado sin facturación es una tragedia, una cosa nunca vista. Hay muchas inmobiliarias que no van a sobrevivir, un gran porcentaje va a tener problemas», lamenta Luís Lima.
A recuperar la economía nacional
En lo que sí coinciden es en que el sector inmobiliario tendrá un papel clave para ayudar a la economía nacional a recuperarse, como ya lo hizo después del rescate supervisado por la troika, gracias a la captación de inversión para el país.
«Fuimos capaces de levantarnos, junto al turismo, y a partir de ahí comenzaron a ser los dos principales motores de la economía portuguesa. Estamos convencidos de que eso puede volver a pasar. A largo plazo hay serenidad y cautela, pero confianza», afirma el vicepresidente de la asociación de promotores e inversores.
La compraventa de inmuebles movilizó 26.100 millones de euros en 2018 en Portugal, según datos de la APEMIP, a lo que habría que sumar toda la inversión asociada de los extranjeros que compran una casa y gastan su dinero en el país.
Este auge provocó una escalada de precios a nivel nacional, que en los últimos años crecieron a doble dígito, pero la pandemia podría frenar también esa tendencia.
«Habrá una regularización de precios en el mercado», anticipa Ricardo Sousa desde Century 21, con un mayor ajuste «en zonas más infladas», como algunos barrios de Lisboa y Oporto, una estimación a la que también se suma la asociación de mediadores inmobiliarios.
Los promotores son más optimistas y esperan que, con la cautela que están teniendo las empresas, puedan recuperarse los precios.
«Como las empresas se están resguardando y no están colocando sus activos en el mercado a precios bajos, el sector va a mantener la pujanza y no se van a depreciar», concluye Santos Ferreira. EFE