La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) anunció hoy que todas las operaciones humanitarias en Siria “quedan suspendidas” tras el ataque contra un convoy humanitario ayer en la región de Alepo.
“Por ahora no tenemos una visión global de lo que pasó, pero se ha tomado la decisión de que todas las operaciones humanitarias de convoyes sobre el terreno quedan suspendidas por el momento”, afirmó en una rueda de prensa el portavoz de la OCHA, Jens Laerke.
Un convoy humanitario de Naciones Unidas pero gestionado por la Cruz Roja fue atacado ayer en la región de Alepo y, como resultado, un empleado de la Media Luna Roja Siria (SARC) murió y un número indeterminado de civiles también resultaron heridos de gravedad.
No se sabe aún si alguno o varios de estos civiles han muerto.
“Este es un día muy negro para la comunidad humanitaria”, afirmó Laerke.
El portavoz también indicó que el jefe humanitario de la ONU, Stephen O’Brien, condenó el ataque y se mostró “espantado” por lo ocurrido.
O’Brien, asimismo, subrayó que puede constituir un crimen de guerra.
Laerke puntualizó, además, que el convoy tenía la autorización de las autoridades para cruzar el territorio y distribuir la asistencia humanitaria, que todas las partes beligerantes estaban informadas de su trayectoria, y que estaba claramente marcado como humanitario.
“No hay ninguna explicación o excusa, ninguna razón o racionalidad que explique el ataque a trabajadores humanitarios que intentan ayudar a ciudadanos que necesitan ayuda de forma desesperada”, concluyó O’Brien.
Los camiones transportaban ayuda de primera necesidad para 78.000 personas que sobreviven en la zona de Auram al Kubra, en el oeste de la provincia septentrional siria de Alepo, que no había recibido asistencia desde julio. EFE