Tras un paro cardíaco y una hemorragia masiva, los médicos lograron salvar su vida con tecnología avanzada, mientras sus recién nacidas permanecían en cuidados intensivos neonatales para ganar peso antes de reunirse con ella
Por Alejandra Villalobos/INFOBAE
Marisa Christie, una madre texana, sobrevivió a una peligrosa complicación durante el parto de sus trillizas en el Memorial Hermann Medical Center en Houston. La experiencia, que incluyó un paro cardíaco y una hemorragia masiva, puso su vida en riesgo debido a una rara condición llamada embolismo de líquido amniótico (AFEM, por sus siglas en inglés).
El caso comenzó como una cesárea planificada para el nacimiento de Charlotte, Kendall y Collins, las hijas trillizas de Marisa y su esposo Dillon. De acuerdo con información de TODAY, el procedimiento avanzaba con normalidad cuando ocurrió el inesperado giro.
“Los médicos habían sacado a las tres y las estaban descansando sobre mi estómago para realizar un pinzamiento tardío del cordón”, relató Christie. Sin embargo, momentos después, su corazón se detuvo.
El anestesiólogo Dr. Ricardo Mora, quien presenció el evento, reconoció inmediatamente el riesgo. “Es bastante catastrófico. Cuando sucede, es un 80% a 85% mortal”, explicó al medio. Mora recordó un caso similar de hace 15 años y esto lo llevó a actuar con rapidez para coordinar al equipo médico en la reanimación cardiopulmonar de Christie mientras intentaban detener la hemorragia masiva.
A medida que la situación se volvía crítica, el cardiocirujano Dr. Stephen Maniscalco tomó el mando e implementó el uso de una máquina de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO), diseñada para asistir las funciones del corazón y los pulmones mientras el cuerpo se recuperaba. “Básicamente, perdí lo que consideramos todo su volumen sanguíneo”, detalló Mora.
Un embarazo complicado desde el inicio
La maternidad ya había sido compleja para Marisa desde el inicio. Aunque en un principio la pareja esperaba un solo bebé, el primer ultrasonido reveló que Christie llevaba trillizas. “Estaban bastante seguros de que eran gemelos. Podría haber un tercero escondido”, recordó. Aunque la noticia fue inicialmente abrumadora, pronto se llenaron de entusiasmo al pensar en la familia que estaban formando.
No obstante, el embarazo múltiple trajo consigo riesgos adicionales. Una de las trillizas presentó complicaciones de salud que requerían monitoreo constante, y Marisa enfrentó desafíos físicos relacionados con la gestación de tres bebés. Estas dificultades aumentaron las probabilidades de complicaciones durante el parto.
Tras la cesárea, Christie pasó casi una semana inconsciente en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). El obstetra, el Dr. Samuel, intentó detener el sangrado sin necesidad de una histerectomía, pero finalmente tuvo que realizarla para salvar la vida de la madre. “Cada sistema de órganos está fallando inmediatamente, por lo que necesitas gente que pueda ocuparse de cada parte”, explicó Samuel.
Un despertar lleno de desafíos emocionales y físicos
Cuando Christie despertó, se encontró confundida y con dolor. La gravedad de la situación médica se reflejaba en la herida abierta que los médicos dejaron deliberadamente para evitar cirugías adicionales. Al principio, confesó sentirse desconectada de sus recién nacidas.
“Recuerdo pensar: ‘No conozco a estos bebés. Esto es muy extraño’”, compartió con TODAY. Mientras las niñas permanecían en la unidad de cuidados intensivos neonatales ganando peso, Marisa inició su proceso de recuperación. Este fue lento y desafiante, pero con el tiempo las trillizas comenzaron a llegar a casa por etapas, permitiéndole adaptarse a la nueva dinámica familiar.
La experiencia transformó profundamente su perspectiva de vida. Según explicó, la crisis médica y la recuperación posterior le enseñaron sobre la resistencia y la importancia de apreciar cada momento. “He ganado fuerza, pero también cambió mucho porque pasar por una experiencia tan traumática cambia tu forma de ver las cosas”, reflexionó.
Un mensaje de concientización
Marisa Christie comparte su historia para aumentar la conciencia sobre el embolismo de líquido amniótico, una condición que afecta aproximadamente a dos de cada 100 mil partos y tiene una alta tasa de mortalidad. Aunque es poco común, Marisa destaca que con esfuerzos médicos coordinados y el uso de tecnología avanzada, como el ECMO, es posible superar las bajas probabilidades.
“Fue raro, pero sucedió… Agradecemos a todos los milagros que me permitieron vivir”, expresó Christie. Ahora, con sus hijas saludables y en casa, se enfoca en reconstruir su vida mientras celebra su supervivencia. Las trillizas crecen en un entorno lleno de amor, mientras su madre continúa compartiendo su testimonio como recordatorio de la fortaleza humana y la capacidad de la medicina moderna para salvar vidas.