Laura (nombre protegido) es menor de edad. Hace unas semanas se subió a un avión en su Venezuela natal con destino a España.
Lo que no sabía es que su familia la había vendido y llegaba al país ibérico para ser prostituida, según la hipótesis de las autoridades españolas, que aún investigan su caso, publica este lunes CNN en Español.
En el aeropuerto de Madrid, esperaban a Laura miembros de una red de trata de personas para recogerla y llevarla a un apartamento, donde, según las autoridades, sería sometida a diversas vejaciones y explotada sexualmente.
Pero los agentes de la Policía fueron más rápidos y pudieron identificar a la posible víctima y la salvaron justo a tiempo.
Laura es parte del 50% de mujeres venezolanas que han sido rescatadas, entre 2016 y 2017, de las redes de trata que proliferan en el viejo continente, según fuentes de la Policía Nacional de España.
Y en lo que va de 2018, la Policía Nacional ha rescatado a más de 200 mujeres víctimas de trata en España. La mayoría de ellas son de nacionalidad rumana, nigeriana y dominicana, pero las venezolanas empiezan a aumentar, según lo confirmó Leticia Matarranz, miembro de la Unidad Central Contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades (Ucrif).
Además, Acnur estima que un 2% de las mujeres venezolanas en el exterior con entre 15 y 49 años son sobrevivientes de violencia sexual.
Laura ahora vive en un apartamento, pero muy diferente al que estaba destinada en un principio: convive con otras víctimas de trata de personas.
La atiende personal de las autoridades españolas y de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer (Apramp). Ahora debe pasar todo un proceso de investigación para protegerla y, pronto, ingresar a los centros en los que Apramp le enseñará un oficio con el que pueda ganarse la vida, según contó esta asociación.
A ella la localizaron a tiempo, antes de que su vida se volviera un infierno en el que sería obligada a hacer “de 10 a 15 servicios sexuales al día”, asegura Rocío Nieto, fundadora de Apramp.
Ella relató a CNN en Español la historia de Laura, pues la menor es testigo protegido y no puede hablar con nadie ajeno a su institución o los servicios sociales previstos para víctimas de trata. Tampoco pueden dar más datos sobre ella, por criterios de protección de la menor y de víctimas de trata.
Nieto cuenta que la historia de esta niña no es diferente al del resto de víctimas de trata de personas, y confirma que cada vez son más las venezolanas que llegan a su centro derivadas por la Policía Nacional.
Huyen de la crisis en Venezuela y acaban en medio de redes organizadas de trata de personas. Solo en su casa de acogida, asegura, hay dos víctimas venezolanas de trata que llegaron en el lapso de apenas unas semanas.
La historia es similar. Captan a mujeres de entornos desfavorecidos y que, por lo general, se encuentran desesperadas o son engañadas por personas en las que depositan su confianza o, a veces incluso, vendidas por su familia, también desesperada por falta de recursos.
Para la inspectora Matarranz, “los aeropuertos son puntos muy importantes a la hora de luchar contra la trata” en el caso de las víctimas procedentes de América Latina.
Allí, los agentes están entrenados para identificar señales de alerta de que alguien no está entrando al país de forma legal y, especialmente, de que está siendo víctima de una red de trata. La inspectora no dio más detalles sobre dichas señales de alerta por motivos de seguridad.
Matarranz y Nieto alertan de que las llegadas son de mujeres cada vez más jóvenes. “Es lo que demandan” quienes consumen prostitución, dicen. Por todo ello, las autoridades españolas tienen personal especializado en la identificación y rescate de las víctimas “tempranamente”.
Junto a organizaciones sin ánimo de lucro, desarrollan toda una red por el país para lograr sacar a las mujeres de la explotación. reseña Sumarium