Las autoridades de Tailandia han anunciado este miércoles que el complejo de cuevas de Tham Luang, en el que estuvieron atrapados durante más de dos semanas doce menores y su entrenador de fútbol, será convertido en un museo para exponer el rescate.
El gobernador de la provincia de Chiang Rai y jefe de las operaciones de rescate, Narongsak Osottanakorn, ha indicado que «las lecciones del incidente, cuando sean presentadas y aprendidas, serán útiles para la gente de todo el mundo». «La cueva de Tham Luang será desarrollada más como una atracción, y también como un museo», ha resaltado en rueda de prensa, según ha recogido el diario tailandés ‘The Nation’. En este sentido, Narongsak ha indicado que «ya se han recopilado algunas de las herramientas (del rescate)», así como «la lista de buzos que hicieron importantes contribuciones».
Los niños desaparecieron el 23 de junio en la cueva huyendo de las lluvias torrenciales, pero quedaron atrapados por la crecida de las aguas en una cavidad ubicada varios kilómetros adentro. Buzos británicos les localizaron el 2 de julio con vida. El rescate comenzó el domingo, cuando salieron cuatro, el lunes rescataron a otros cuatro y el martes a los cuatro restantes. Narongsak ha contado este miércoles que decidieron sacarles de la cueva porque los niveles de oxígeno empezaban a ser demasiado bajos.
Los buzos tuvieron que enseñar a los niños a bucear, si bien fuentes del operativo de rescate consultadas por BBC han revelado que también fueron sedados antes de comenzar con las inmersiones para evitar que entraran en pánico por la oscuridad de las aguas. Para liberar a los niños y a su monitor, que quedó atrapado con ellos, fueron necesarios unos cien efectivos, tanto de Tailandia como de otros países. «Tampoco somos héroes. Es para lo que hemos sido entrenados. No abandonamos a la gente», ha subrayado Narongsak.
«No vemos a los niños como héroes o como culpables. Son niños siendo niños, fue un accidente», ha dicho. El primer ministro, Prayuth Chan Ocha, ha insistido en que son solo niños y ha pedido respetar su «espacio personal». «Los mejor es no agobiarles, dejarles estudiar», ha zanjado.