La condena de Karadzic, cuando la justicia internacional tarda pero llega

“Se siente la frustración de que la comunidad internacional vivió en negación de una realidad que era imposible no advertirla”

Leonor Roquette/Sumarium

Después de 12 años prófugo, al exlíder serbobosnio Radovan Karadzic le tocó verse cara a cara con la justicia internacional. El Tribunal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) declaró hoy a Karadzic culpable del cargo de genocidio por la matanza de unos 8.000 bosnios musulmanes de Srebrenica, en julio de 1995. Se trata del mayor crimen en la historia de Europa desde la II Guerra Mundial.

Tras un largo juicio histórico, el tribunal finalmente tomó su decisión.

En este caso, el diplomático venezolano Diego Arria tuvo un importante rol. Sus deposiciones y participación ante el Tribunal Penal Internacional de la Antigua Yugoslavia fueron utilizados en los juicios, en los que participó como testigo del Fiscal del Tribunal penal Internacional. También como representante de Venezuela ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, votó auspiciando la creación de este tribunal.

Arria recuerda la última vez que se reunió con Karadzic, en abril de 1993, cuando fue a Belgrado con los miembros de una misión que presidió en el Consejo. Asegura que Karadzic actuaba como “si la justicia internacional no lo tocaría”.

“El juicio que termina hoy con la sentencia de la corte demuestra que la justicia internacional tarda pero llega”, aseveró.

Crédito: Cortesía Diego Arria

Recordó que durante ese momento aseguró que se estaba desarrollando un proceso de “genocidio en cámara lenta”, frase que fue resaltada por los medios internacionales más importantes.

Arria no deja de recordar la importancia de esta sentencia a nivel mundial: “es histórica, porque sería la primera vez, desde la II Guerra Mundial, que se condena por genocidio a una persona tan importante como en el caso de Karadzic”.

Sin embargo, no olvida que desde su advertencia sobre la preocupante situación que ocurría hasta la actuación de la justicia internacional transcurrió un año y medio y que le tomó a la comunidad internacional 4 o 5 años ponerle fin a lo ocurrido en Yugolasvia.

“Se siente la frustración de que la comunidad internacional vivió en negación de una realidad que era imposible no advertirla”, recuerda ahora.

Estima que decisiones como esta por la luz sobre “un sistema”, y que representa un “mensaje muy significativo para todos aquellos en el mundo entero que abusan de los ciudadanos”.