Era una niña cuando la obligaron a casarse y a los 13 años se convirtió en madre por primera vez.
El mundo se está conmoviendo con la trágica historia de Mariam Nabatanzi, una mujer que un día fue una pequeña de 12 años y que en lugar de jugar a las muñecas la casaron y a sus 13 años se convirtió en madre por primera vez. Luego tuvo 5 embarazos de gemelos, cuatro de trillizos y cinco de cuatrillizos. En total tuvo 38 hijos y tras 27 años de matrimonio su esposo la abandonó.
De acuerdo, al Daily Mail, la mujer africana, originaria de Uganda fue abandonada de manera repentina y sin ninguna intención de mantener a sus 38 hijos. Cabe destacar, que tuvo 44, pero lamentablemente perdieron la vida.
Conoce la historia de Mariam Nabatanzi, la madre de 38 hijos.https://t.co/UZRSXNooUI#LoBuenoCuenta #Historias pic.twitter.com/xfkxi6lVvW
— Soy Positivo Oficial (@SoyPositivo_) April 26, 2019
La madre vive en condiciones de extrema pobreza, son cuatro pequeños cuartos, hechas de cemento, aldeas, las llaman allá. Pero, ¿por qué tuvo tantos hijos? Desde la primera vez que dio a luz a sus gemelos, el médico le informó que sus ovarios eran mucho más grandes, por lo que tenía que utilizar un método anticonceptivo de manera urgente.
Pese a que en la zona de Uganda, es muy común tener por lo menos 5 o 6 hijos, el caso de Mariam es insólito. Hace apenas dos años, fue cuando tuvo su último embarazo, el sexto par de gemelos, pero por complicaciones murieron en el parto.
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— Irish Times Video (@irishtimesvideo) April 27, 2019
Cabe destacar, que su esposo siempre se mantuvo ausente, por periodos muy largos.
«Crecí llorando, mi hombre me ha pasado por mucho sufrimiento», compartió.
‘Todo mi tiempo lo he pasado cuidando a mis hijos y trabajando para ganar algo de dinero».
La mujer explica que hace de todo, peluquería, decora evento, recoge basura y hasta vende hierbas medicinales. Pero, el dinero se le va en los hijos en la comida, el médico, la ropa, no le alcanza. Sin embargo, muchos de sus hijos han logrado concluir la educación básica.
‘Mamá está abrumada, el trabajo la está aplastando, ayudamos donde podemos, como cocinar y lavar, pero ella todavía lleva toda la carga para la familia. Lo siento por ella ‘, explica su hijo mayor Ivan Kibuka, de 23 años, él tuvo que abandonar la escuela secundaria cuando se agotó el dinero.
Su vida es así, los más grandes ayudan a cuidar de los pequeños y el sacrificio es el pan de sus días.