Este viernes 25 de junio, la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca emitió su informe anual sobre el cultivo de coca y la producción potencial de cocaína en tres países de la región andina. El reporte determinó un aumento récord en Colombia, cercano al 15% en el último año; y un incremento máximo de 88.200 hectáreas en Perú. Bolivia marcó un leve descenso, pero también rozó sus máximos históricos.
Colombia y Perú baten récords en cultivos de uso ilícitos y producción potencial para cocaína. Así lo señala un informe revelado este viernes por la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas (ONDCP, por sus siglas en inglés).
Colombia: el cultivo de coca y la producción de cocaína alcanzaron un récord de 245.000 hectáreas y 1.010 toneladas métricas, respectivamente. https://t.co/N6kXQDJjUS
— Diana Castrillón (@itsDCastrillon) June 25, 2021
En el caso de Colombia, los cultivos llegaron a los niveles más altos de la última década. Tuvieron un aumento cercano al 15% en 2020, con relación al año anterior.
Durante el último año, el país alcanzó una cifra máxima de 245.000 hectáreas de plantación de hoja de coca, después de haber registrado 212.000 hectáreas en 2019. Asimismo, pasó de 936 a 1.010 toneladas de producción potencial de cocaína, según el reporte.
“Estas tendencias muestran la necesidad de incrementar los enfoques holísticos que combinen desarrollo económico, mayor presencia gubernamental y seguridad ciudadana, interdicción y erradicación en áreas rurales clave para reducir la producción de cocaína de manera sostenible y construir la paz en áreas afectadas por conflictos”, afirmó la ONDCP.
Como posibles causas del aumento, el Gobierno estadounidense señaló varios obstáculos que enfrentaron las autoridades colombianas y que impactaron sus esfuerzos generales para reducir el cultivo de coca, incluido el aumento de la violencia en las zonas rurales y el cese de actividades y restricciones impuestas para tratar de contener la pandemia del Covid-19.
No obstante, la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas destacó “los esfuerzos para aumentar la seguridad pública, la protección y las oportunidades económicas”.
Por su parte, el Gobierno de Iván Duque también informó un récord de 130.000 hectáreas de erradicación manual y cerca 580 toneladas métricas de cocaína y base de cocaína incautadas en 2020. Aun así, la ONDCP aseguró que es necesario aumentar las labores para su disminución.
Contrariedad de cifras entre la ONU y la Casa Blanca sobre producción de coca en Colombia
El informe revelado este viernes por la oficina perteneciente a la Casa Blanca difiere del reporte de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en Colombia (UNODC, por sus cifras en inglés), de la ONU, emitido hace unas semanas y que concluyó que disminuyeron los cultivos de coca. Los dos documentos, sin embargo, coinciden en que ascendió la producción de cocaína.
Declaración del Gobierno de Colombia sobre las cifras de cultivos de coca y producción de cocaína publicadas hoy por la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de EE.UU. (ONDCP).https://t.co/Smy5ojRwYO
— Presidencia Colombia 🇨🇴 (@infopresidencia) June 25, 2021
Según las estimaciones de la UNODC, las plantaciones de hoja de coca disminuyeron por tercer año consecutivo, al pasar de 154.000 hectáreas en 2019 a 143.000 en 2020.
Es decir, que entre el informe de la ONU y el de la Casa Blanca hay una diferencia de más de 100.000 hectáreas.
Ante esta situación, el presidente Duque respondió que un equipo de funcionarios de alto nivel tanto del Gobierno de Estados Unidos como de Colombia revisarán las cifras en los próximos días, enfocados también en fortalecer la metodología de medición de cultivos ilícitos.
“Ahora tenemos una oportunidad de redoblar esfuerzos hacia nuestro objetivo común de poner fin a esta destructiva economía ilícita. Colombia y Estados Unidos reconocen que problemas complejos como el narcotráfico requieren soluciones a largo plazo y una respuesta de política integral”, manifestó el Gobierno.
Desde el Gobierno Nacional estamos comprometidos con la erradicación de cultivos ilícitos en el país. En 2020 logramos un récord histórico de erradicación manual de 130.171 hectáreas de coca. #LuchaContraElNarcotráfico pic.twitter.com/SC5BXAYd84
— Presidencia Colombia 🇨🇴 (@infopresidencia) June 25, 2021
El mandatario colombiano también destacó la necesidad de enfocar la erradicación de la problemática de las drogas no solo desde los países productores, sino también en las naciones donde aumenta el consumo, como es el caso de Estados Unidos.
“La corresponsabilidad implica no solo que se haga el esfuerzo de erradicación y de incautación por parte de nuestros países, sino que allá logren asumir mejores políticas públicas para ponerle fin a ese crecimiento exponencial del consumo, que se hizo gravemente notorio en el 2020”, afirmó Duque.
Justamente el jueves 24 de junio, en su informe anual sobre drogas, la ONU alertó que la pandemia ha disparado el consumo de narcóticos y que, en medio de la crisis sanitaria, el mercado ilegal ha encontrado rápidamente caminos para su comercialización a través de internet y el uso de criptomonedas.
Según este informe, alrededor de 275 millones de personas consumieron drogas en 2020 a nivel global, lo que representa un incremento del 22% en relación con 2010. Aunque el organismo explica que en parte la subida se debe al crecimiento de la población mundial, también responde al acceso a una mayor variedad de sustancias y a la creciente percepción entre los jóvenes de que algunas de ellas, como el cannabis, no son peligrosas.
Perú alcanza récord histórico de 88.200 hectáreas de coca en el último año
De acuerdo con el informe de la Casa Blanca, el territorio peruano también marcó un récord histórico en cultivos de coca en 2020, con una extensión de 88.200 hectáreas.
Se trata de una duplicación en menos de cinco años, pues en 2016 el país llegaba a 44.000 hectáreas de estas plantaciones ilícitas.
La ONDCP explica que Perú, la crisis sanitaria ha sido en gran parte un obstáculo para los esfuerzos del Gobierno peruano en la erradicación de la problemática. Y es que este es uno de los países más golpeados por el Covid-19, al punto que allí se ha presentado la cifra de muertes per cápita más alta en el mundo por el virus.
“La pandemia también presentó obstáculos importantes a los esfuerzos del Gobierno peruano para proporcionar medios de vida alternativos a los excultivadores de coca, construir infraestructura de transporte en áreas subdesarrolladas y brindar seguridad a los peruanos rurales”, afirmó el documento.
Además, la oficina de la Casa Blanca subrayó que Perú tuvo que hacer una pausa de meses en las labores de erradicación de coca en el último año.
Bolivia, “cerca de niveles récord” en cultivos de hoja de coca
Con respecto a Bolivia, la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas aseguró que en 2020 presentó una ligera disminución en los cultivos de hoja de coca, de alrededor del 7% con respecto a 2019. Sin embargo, “cerca de niveles récord”.
Frente a la producción potencial de cocaína, la ONDCP halló que se mantuvo estable en 312 toneladas.
Archivo-Una mujer boliviana trabaja en la cosecha de hoja de coca, en Cruz Loma, La Paz, Bolivia, el 4 de diciembre de 2019.
Ante este panorama, el Gobierno estadounidense recalcó que el presidente Joe Biden ha planteado abordar la adicción y la sobredosis como prioridades de salud pública en su país, en su programa de prioridades para el primer año de su gestión.
“La Administración Biden-Harris describió una estrategia que incluye ampliar el acceso a los servicios de prevención, tratamiento, reducción de daños y apoyo a la recuperación. El Plan de Rescate Estadounidense del presidente Biden fue un anticipo de estas prioridades, con una inversión de casi 4.000 millones (de dólares) en apoyos para la salud del comportamiento y el trastorno por uso de sustancias”, subrayó la ONDCP.
En este sentido, recordó la solicitud presupuestaria del presidente para el año fiscal 2022 que exige 10.700 millones de dólares para apoyar la investigación, la prevención, el tratamiento, la reducción de daños y los servicios de apoyo a la recuperación, con inversiones específicas para satisfacer las necesidades de las poblaciones con mayor riesgo de sobredosis y trastornos por uso de sustancias.
Con información de AP y medios locales
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