La discusión el miércoles entre el periodista de la cadena CNN Jim Acosta y el presidente estadounidense, Donald Trump, se está volviendo cada vez más en contra de la Casa Blanca. Tras el incidente, el equipo de comunicación de Trump le retiró a Acosta su credencial permanente en la Casa Blanca por un comportamiento “completamente inaceptable” durante la rueda de prensa. Lo culpaban de “colocar sus manos” sobre una becaria que trató de retirarle el micrófono después de que Trump le espetara que ya no podía hacer más preguntas. Acosta alegó que esa acusación es falsa. Para reforzar la tesis de la Casa Blanca, la portavoz presidencial, Sarah Sanders, difundió un vídeo del incidente. Sin embargo, ese vídeo estaba alterado para exagerar el contacto entre el brazo del periodista y de la empleada, según las conclusiones de varios expertos visuales.
Preguntado sobre el vídeo antes de viajar a París, Trump negó tajantemente este viernes que hubiera sido manipulado. Esgrimió que simplemente había sido ampliado, y arremetió contra el periodista que se lo preguntó por ser “deshonesto”. El mandatario no descartó, además, que en el futuro se suspendan las credenciales permanentes de prensa a otros reporteros. “Tienes que tratar con respeto la Casa Blanca y la Oficina de la Presidencia”, afirmó. Irónicamente, poco después, él mismo criticó a un periodista por hacerle «muchas preguntas estúpidas».
Trump se ha enzarzado en una guerra feroz contra los periodistas, en especial contra la CNN. Los llama el “enemigo del pueblo” y alienta a que sus seguidores abucheen a los profesionales de los medios en público. La ONU y organizaciones de defensa de la libertad de prensa le han advertido de que está alentado la violencia contra los reporteros y dando un mal ejemplo a los países autoritarios. Ahora, todo apunta a que la Casa Blanca ha cruzado una nueva línea –la de la propaganda en un Gobierno democrático– al distribuir un vídeo modificado para tratar de ganar argumentos y castigar a un periodista incómodo para Trump y con el que ya ha mantenido varios encontronazos verbales en los últimos meses.
Sanders distribuyó el vídeo alterado la noche del miércoles en su cuenta de Twitter. Ese mismo vídeo había sido compartido antes por Paul Joseph Watson, conocido por sus vídeos en la publicación derechista y conspirativa Infowars, que está acusada de difundir numerosos bulos. Watson ha negado haber modificado el vídeo.
Sin embargo, un análisis de Storyful, una firma de inteligencia que verifica contenido en redes sociales, concluyó que el vídeo difundido por Sanders repetía varios planos y los dejaba en pausa. El resultado es que el contacto físico entre el reportero y la empleada de la Casa Blanca parece más intenso del que realmente fue. El vídeo tampoco incluía el momento en que el periodista le dice a la becaria “perdóneme, señora” cuando esta trató de arrebatarle el micrófono, después de que Trump le gritara “¡basta!” a Acosta. El presidente también lo llamó «persona grosera y terrible».
El director de investigación del centro de periodismo digital de la Universidad de Columbia, Jonathan Albright, también ha concluido que el vídeo difundido por Sanders había sido alterado, según afirmó a The Washington Post.