La autopsia al cadáver del millonario Jeffrey Epstein, acusado de crear una red de tráfico sexual de menores y encontrado muerto en la cárcel, muestra múltiples fracturas de hueso en el cuello, informó este jueves el diario The Washington Post.
El diario, que no citó una fuente específica de su información, se refirió a «detalles que son las primeras conclusiones que surgen de la autopsia».
La forense principal de la ciudad de Nueva York, Barbara Sampson, llevó a cabo una autopsia el domingo pero indicó que la determinación de la causa de muerte quedaba «pendiente».
Epstein, de 66 años y acusado de crear una red de tráfico sexual de menores hace una década en sus mansiones de Nueva York y Florida, debía recibir visitas de los guardias en la cárcel metropolitana de Nueva York cada 30 minutos.
El Post añadió que según expertos forenses, que no identifica, las fracturas múltiples de huesos en el cuello pueden ocurrir en las personas que se ahorcan, particularmente si son de edad avanzada.
«Pero son mucho más comunes en víctimas de homicidio por estrangulamiento, dijeron los expertos», según el diario.
El pasado 23 de julio, el personal de la cárcel halló a Epstein inconsciente en su celda con marcas en su cuello, sin que pudieran reanimarlo.
Sampson señaló en un comunicado que ningún factor aislado en una autopsia puede proporcionar por sí mismo una respuesta concluyente a lo ocurrido.
«En todas las investigaciones forenses, toda la información debe sintetizarse para determinar la causa y forma de la muerte», añadió Sampson. «Todo debe ser coherente: ninguna conclusión sola puede evaluarse en el vacío».
Los dos guardias de seguridad de la cárcel que estaban encargados de vigilar la celda de Epstein se durmieron y falsificaron el registro para encubrir su error, según indicó el diario The New York Times.
La muerte de Epstein está siendo investigada tanto por el FBI como por el Departamento de Justicia, cuyo titular, William Barr, ya adelantó que hubo «irregularidades» en la cárcel y que habrá «rendición de cuentas».
La muerte repentina y en extrañas circunstancias del magnate ha generado numerosas teorías conspiratorias sobre su fallecimiento debido a los personajes con los que se relacionaba el millonario, como el expresidente Bill Clinton, el príncipe Andrés, duque de York, o el presidente Donald Trump.
Epstein ya había afrontado acusaciones similares en el estado de Florida en 2008, aunque entonces llegó a un acuerdo con el fiscal Alexander Acosta, posteriormente secretario de Trabajo en la Administración de Trump y que tuvo que renunciar a este cargo por el escándalo desatado por un pacto secreto ocultado a las víctimas.